Las Letras del Bosque Encantado



En un hermoso bosque, lleno de árboles altos y frondosos, habitaban letras mágicas que podían volar. Eran letras que hacían parte de historias olvidadas y, aunque nadie las podía ver, su brillo escondido iluminaba el lugar. Había una letra que se llamaba 'A', que soñaba con ser descubierta. A 'A' le encantaría hacer amigos y contar historias, pero el problema era que estaba escondida entre las hojas de un gigantesco roble.

Un día, una valiente niña llamada Sofía decidió explorar el bosque y, al caminar, escuchó un susurro suave como el viento. "Hola, ¿quién está ahí?" - preguntó Sofía intrigada. De repente, una pequeña luz comenzó a parpadear frente a ella. Era 'A'. "Soy yo, la letra 'A'. Estoy escondida aquí porque tengo miedo de ser olvidada".

Sofía sonrió y dijo: "No te preocupes, yo te ayudaré a encontrar otras letras. ¡Juntas podremos contar historias maravillosas!". Con esa promesa, comenzaron a buscar. No pasó mucho tiempo antes de que encontraran otra letra vibrante: 'B'.

"Hola, 'B'" - saludó Sofía. "¿Quieres unirte a nosotras?" "¡Sí!" - respondió 'B'. "Me encanta bailar y brincar. ¿Sabías que puedo brillar también?". Sofía las animó a compartir esas cualidades y así, con cada nueva letra que encontraban - 'C', 'D', 'E' - las palabras empezaron a fluir como agua en un arroyo.

Cada letra tenía algo especial: 'C' decía que podía cantar, 'D' compartía que soñaba, y 'E' aseguraba que podía encantar a los árboles con su eco. Mientras las letras se unían, el bosque empezaba a escuchar, y los sonidos se convertían en música: melodías danzantes que llenaban el aire.

Pero un día, las letras se dieron cuenta de que faltaba una parte importante de su historia: la letra 'Z'.

"¿Dónde estará? - se preguntó 'A', un poco triste. "Ella siempre fue la más tímida, pero la más valiente" - comentó 'C'. Sofía pensó en un plan. "¡Vamos a hacer un gran baile y así lograremos que venga!". Las letras empezaron a preparar la fiesta, creando palabras con sus sonidos: —"cielo" , —"animal"  y "exploración".

Cuando todo estuvo listo, comenzaron a bailar alrededor del roble. La música y la alegría sacudían el bosque. Zumbando con amor, las letras gritaron: "¡Ven! ¡Nos falta tu chispa!". Y así fue como 'Z' apareció, rodeada de destellos plateados. Z se sintió emocionada al ver a sus amigas. "¿Vienen a invitarme?" - preguntó.

"¡Sí! Queremos que formes parte de nuestras palabras" - dijeron todas a la vez. 'Z' empezó a zambullirse al ritmo de la música, creando palabras como 'sorpresa', 'azul', 'zorro'. Una vez más, el bosque se llenó de luz y vida.

Desde entonces, Sofía y las letras unieron sus voces, creando relatos que resonaban en el viento. La letra 'A', 'B', 'C', 'D', 'E', y 'Z' aprendieron que cada letra es especial y que juntas pueden crear maravillas.

Y así, el bosque encantado se volvió un lugar donde las letras se alientan entre sí, y donde los amigos siempre encuentran una razón para compartir sus historias. Sofía se despidió de sus nuevas amigas, prometiendo regresar para contarles más historias. Con una gran sonrisa, se fue sabiendo que el bosque siempre tendría un poco de magia para ella y las letras siempre la estarían esperando.

Y desde ese día, cada vez que alguien susurra en el bosque, las letras se despiertan y bailan, recordando siempre que cada palabra tiene un canto especial.

FIN.

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