Las Mariposas del Valle



Había una vez, en un hermoso valle lleno de flores, cinco orugas que soñaban con convertirse en mariposas. Lilith era la más entusiasta de todas. Paseaba de aquí para allá, contando los días que faltaban para que sus alas vibrantes brotaran.

"¡No puedo esperar más!", exclamaba Lilith. "Quiero volar alto y explorar todo el valle".

Sus amigas la escuchaban con alegría, pero no todas compartían su entusiasmo. Grumpy, la oruga más cínica del grupo, se burlaba de ella.

"¿Para qué querer volar?", decía Grumpy con una voz ronca. "Lo que está bien es estar aquí, en el suelo, comiendo hojas y ignorando el resto del mundo".

Chirpy, la oruga más ruidosa del grupo, se sumó a Grumpy.

"Sí, volar es solo para mariposas. ¡Nosotras somos orugas!".

Nibbles, que pasaba su tiempo saboreando hojas verdes, solo asentía y murmuraba entre mordiscos:

"Siempre es más rico comer que volar".

Lilith no se desanimaba. Se sentía diferente, como si algo especial estuviera por suceder. Un día, decidió que, a pesar de las burlas, empezaría a prepararse para su gran transformación.

"Voy a encontrar un lugar tranquilo para descansar y dejar que mis alas crezcan", anunció con determinación.

Grumpy se rió, pero Lilith no prestó atención. Se alejó del grupo, en busca de un lugar especial. Tras un rato de caminar, encontró un hermoso arbusto cubierto de flores de colores brillantes. Ahí se sintió segura y feliz, y comenzó a construir su capullo.

Mientras tanto, Grumpy, Chirpy y Nibbles, al ver que Lilith se alejaba, comenzaron a sentir curiosidad por su decisión.

"¿Por qué se va sola?", preguntó Chirpy, incapaz de permanecer callada.

"No lo entiendo, pero se ve que tiene una misión", reflexionó Nibbles, un poco intrigado.

Días y semanas pasaron, y en el capullo de Lilith algo sorprendente comenzaba a suceder. Pero mientras tanto, Grumpy empezó a sentir una incomodidad extraña.

"¿Y si Lilith tiene razón?", se preguntó en voz alta.

Chirpy, al oírlo, le dijo:

"¡¿Te volviste loco? ! No podemos permitir que eso pase. Lilith es una soñadora, y eso no es bueno".

Pero la verdad era que Grumpy comenzaba a sentir un deseo profundo de intentarlo. Al terminar la jornada, reuniendo valor, se dirigió hacia el arbusto para hablar con Lilith. Entonces, la encontró envuelta en su hermoso capullo.

"¿Lilith?", dijo nerviosamente. "¿Estás bien?".

"Todo está bien, Grumpy", respondió Lilith desde el interior. "Estoy transformándome".

Grumpy tomó aire. Sabía que no podía dar marcha atrás.

"Me gustaría intentarlo también", confesó, dejando caer su fachada de oruga fuerte.

Lentamente, Lilith comenzó a abrir su capullo. Al salir, se mostró como una mariposa brillante con alas resplandecientes.

"Grumpy, ¡no hay nada como esto!", exclamó Lilith volando por el aire.

"¡Guau!", fue todo lo que pudo decir Grumpy, asombrado.

Lilith lo animó:

"¡Tú también puedes hacerlo! No te dejes llevar por el miedo".

Con la ayuda de Lilith, Grumpy decidió encontrar un lugar para su capullo.

Y así, mientras Grumpy comenzaba su camino hacia el cambio, Chirpy llevó la noticia a Nibbles:

"Creo que deberíamos intentarlo también!".

Nibbles la miró, con la boca llena de hojas, y balbuceó:

"Tal vez sea el momento de algo nuevo...".

Con los corazones llenos de esperanza, cada una de ellas encontró su lugar y, al final, el valle verdoso revivió en colores brillantes cuando todas se convirtieron en mariposas. Volaban juntas con alegría y libertad, explorando cada rincón del valle.

"¡Es la mejor decisión que hemos tomado!" gritó Chirpy, mientras danzaban en el aire.

Y así, Lilith, Grumpy, Chirpy y Nibbles aprendieron que los sueños se cumplen si uno se atreve a intentarlo, desafiando miedos y limitaciones. Y que en la aventura de la vida, siempre es mejor volar en compañía.

Y con eso, el valle se llenó de luz y color, un maravilloso recordatorio de que dentro de cada oruga hay un potencial infinito, esperando ser liberado.

FIN.

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