Las mariposas unidas
Federica se despertó esa mañana con mucha energía y decidió invitar a sus amigas, las mariposas Ana y Sofía, a dar un paseo por el jardín. Ellas aceptaron emocionadas y rápidamente se reunieron en la casa de Federica.
"¡Hola chicas! ¿Están listas para volar?" - preguntó Federica. "¡Sí!" - respondieron Ana y Sofía al unísono. Las tres mariposas comenzaron a volar por el jardín cuando de repente, una fuerte ráfaga de viento las sorprendió.
Federica intentaba mantenerse en el aire pero el viento era muy fuerte. "¡Ayuda! No puedo mantenerme estable" - exclamó Federica mientras luchaba por no caer al suelo. Ana y Sofía intentaban ayudarla pero también batallaban contra el viento.
Fue entonces cuando apareció Natalia, la araña amiga de Federica. "¿Necesitan ayuda chicas?" - preguntó Natalia con una sonrisa amistosa. Federica explicó lo que estaba sucediendo y Natalia les sugirió buscar refugio en su tela de araña.
Al principio, las mariposas dudaron ya que estaban acostumbradas a evitar cualquier tipo de telaraña, pero Natalia les aseguró que no había peligro y que estarían seguras allí hasta que pasara la tormenta de viento.
Finalmente aceptaron la propuesta de Natalia quien construyó una pequeña parte adicional a su tela para recibir a sus amigas. Las mariposas se sintieron cómodas dentro del refugio y aprovecharon para descansar y compartir historias mientras esperaban que el viento se calmara.
Después de un rato, la tormenta finalmente pasó y las mariposas pudieron continuar su paseo por el jardín.
Federica agradeció a su amiga araña por ayudarlas en momentos de dificultad y prometió no tener miedo de buscar refugio en una telaraña cuando lo necesitara. "¡Gracias Natalia! Siempre podemos contar contigo" - dijo Federica antes de despedirse con sus amigas hacia su hogar en el árbol.
La historia enseñó a las mariposas la importancia de trabajar juntas y pedir ayuda cuando sea necesario. También demostró que incluso los amigos más inesperados pueden ser una gran ayuda en momentos difíciles.
FIN.