Las Mariposas y su Fiesta de Comida
Había una vez, en un hermoso jardín lleno de flores de todos los colores, una pequeña mariposa llamada Lía. Lía era muy curiosa y le encantaba volar de flor en flor, pero un día se dio cuenta de que algo le faltaba. Estaba tan emocionada con las flores, ¡pero no sabía que también necesitaba comer!
Un día, mientras volaba cerca de un gran girasol, se encontró con su amiga la abeja, Bibi.
"¡Hola, Bibi! ¿Sabías que a veces me siento un poco cansada?" - dijo Lía.
"¡Hola, Lía! ¡Eso es porque no has comido bien!" - respondió Bibi con una sonrisa.
"¿Comer bien? Pero si estoy todo el día rodeada de flores. ¿No puedo comer solo néctar?" - preguntó Lía, un poco confundida.
Bibi se rió y dijo:
"Sí, el néctar de las flores es delicioso y es lo que nos encanta, ¡pero también necesitas otras cositas para estar fuerte y llena de energía!"
"¿Como qué?" - insistió Lía, curioseando.
"Como vitaminas y minerales. A veces, las flores ya no tienen suficiente néctar, entonces necesitamos buscar otras cosas. ¡Vamos a ver cómo lo hacemos!" - propuso Bibi entusiasmada.
Las dos amigas volaron hacia un rincón del jardín donde crecían unas plantas con hojas verdes y tiernas.
"Mirá, aquí hay diente de león. A nosotros nos encantan estas hojas." - dijo Bibi mientras chupaba una hoja.
Lía probó una y su cara se iluminó.
"¡Es riquísima! Pero, ¿por qué nunca lo había probado antes?" - exclamó Lía.
"Porque a veces estamos muy ocupadas disfrutando de las flores, pero hay más cosas ricas por descubrir. También podemos encontrar frutas y hasta agua en el rocío de la mañana."
Lía sonrió, feliz de aprender algo nuevo y siguieron su búsqueda. Juntas encontraron fresas que colgaban de una planta y se dieron un festín delicioso.
"¡Esto es increíble! No sabía que había tanto para comer en el jardín. ¡Deberíamos invitar a todas nuestras amigas!" - sugirió Lía con entusiasmo.
"¡Esa es una gran idea!" - dijo Bibi. "Así todas pueden aprender a comer ricas comidas y volar felices. Haremos una fiesta de comida de mariposas y abejas."
Lía y Bibi se pusieron a trabajar. Volaron a buscar a sus amigas, invitando a todas las mariposas y abejas del jardín.
Un día brillante y soleado, se encontraron en el rincón del jardín, donde había flores, frutas, y hojas para compartir.
"¡Bienvenidas a la Fiesta de Comida!" – gritó Lía, mientras todas llegaban felices.
"¡Hoy vamos a disfrutar de néctar, hojas y frutas juntas!" - agregó Bibi.
Todos comenzaron a comer, reír y jugar. Comprendieron que, para ser grandes y fuertes, necesitaban alimentarse de muchas cosas diferentes. Lía se sintió contenta y saludable mientras jugaba con sus amigas bajo el sol.
"¡Gracias, Bibi! Nunca pensé que comer variado era tan divertido. ¡No puedo esperar para volver a explorar el jardín juntas!" - dijo Lía.
"Me alegra que te guste. Siempre hay cosas nuevas por descubrir. ¡Así seremos siempre fuertes y felices!" - respondió Bibi con una gran sonrisa.
Y así, en el mágico jardín lleno de colores, las mariposas aprendieron a alimentarse de las maravillas que les ofrecía la naturaleza, compartiendo risas y comidas deliciosas mientras volaban felices de flor en flor. Desde ese día, Lía nunca olvidó lo importante que era comer variado y siempre invitaba a sus amigas a buscar nuevas sorpresas en su jardín.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.