Las mejores tías del mundo
Había una vez en una ciudad encantadora, dos dulces gemelas llamadas Ratchell y Britchell. Ellas siempre estaban juntas, compartiendo todo y riendo a carcajadas.
Tenían una hermana mayor, Stephanie, quien estaba a punto de dar a luz a un hermoso bebé en diciembre. Las gemelas estaban muy emocionadas por convertirse en tías y prometieron cuidar y amar al nuevo integrante de la familia con todo su corazón.
A medida que pasaban los días, Ratchell y Britchell prepararon con entusiasmo la llegada del bebé. Ayudaron a decorar la habitación, buscaron nombres adorables y leyeron cuentos mágicos para contarle al pequeño cuando llegara. Sin embargo, un día, Stephanie cayó enferma y tuvo que permanecer en reposo.
Las gemelas se sintieron preocupadas, pero decidieron ser valientes y tomar la situación con positividad. Se propusieron encargarse de todas las tareas de la casa para que su hermana pudiera descansar. Limpiaron, cocinaron y hasta inventaron divertidos juegos para mantenerla feliz.
El tiempo pasó y finalmente, llegó el esperado mes de diciembre. Un día nevado, Stephanie dio a luz a un precioso bebé. Ratchell y Britchell estaban extasiadas al conocer a su sobrino. Desde ese momento, se convirtieron en las mejores tías del mundo.
Juntos, vivieron inolvidables aventuras, aprendieron lecciones de vida y, sobre todo, brindaron al bebé amor incondicional y cuidado. La familia estaba completa y rebosaba de felicidad.
FIN.