Las Momias Energéticas
Era una noche oscura de Halloween en Egipto, y los jóvenes amigos, Tomás, Lía y Martín, decidieron aventurarse en una antigua pirámide. Las historias de momias y tesoros escondidos los habían atraído mucho. Mientras entraban en la pirámide, encendieron sus linternas y miraron a su alrededor con asombro.
-Lía: "¿Creen que realmente hay momias aquí?"
-Martín: "Claro, ¡y tal vez incluso un tesoro!"
-Tomás: "Oye, ¡se dice que algunos de esos tesoros tienen poderes mágicos!"
Mientras caminaban por un pasillo lleno de jeroglíficos, escucharon un susurro suave que resonaba en la oscuridad.
-Lía: "¿Escucharon eso?"
-Martín: "Sí, suena raro..."
-Tomás: "Vamos a ver, quizás es una momia que quiere hablar con nosotros."
De repente, un viento helado hizo que las linternas parpadearan. Al voltear la esquina, se encontraron cara a cara con la figura de una momia.
-Momia: "¿Quiénes osan entrar en mi hogar?"
-Tomás: "¡Perdón! No queríamos molestarte."
La momia los miró con curiosidad. En lugar de enojarse, dijo:
-Momia: "Soy Muertebio, la guardiana de la energía en el antiguo Egipto. Llevo siglos cuidando de los secretos del sol y del viento. ¿Sabían que estas energías son muy importantes?"
-Martín: "¿Energías? Pensábamos que solo cuidabas tesoros y cosas antiguas."
-Lía: "¿Qué puedes contarnos sobre eso?"
Muertebio se acercó y les mostró un antiguo artefacto con un símbolo del sol y una hoja de una planta.
-Momia: "Este es el Solarón. Hace miles de años, usábamos su poder para aprovechar la energía solar y eólica. Ayudaba a que nuestros hogares fueran más eficientes y cuidaba del planeta. Pero a medida que el tiempo pasó, muchas personas olvidaron cómo usar estas energías."
Tomás, curioso, preguntó:
-Tomás: "¿Y qué le pasó a la energía que generaban?"
-Momia: "Se volvió inactiva porque nadie la cuidó. La gente dejó de interesarse en las energías renovables, y esa es una de las razones por las que el mundo hoy enfrenta grandes problemas ecológicos."
Lía sintió una chispa de inspiración.
-Lía: "Podríamos ayudar a revivir ese poder, ¿verdad? Con nuestros conocimientos de hoy, podríamos enseñarle a otros sobre la energía renovable y cómo puede ayudar a nuestro planeta!"
La momia sonrió, mostrando un brillo en sus ojos vendados.
-Momia: "¡Exacto! Si logran convencer a sus amigos y familiares de que cuidemos nuestra energía, el Solarón podría volver a brillar. Pero deben hacerlo este Halloween, cuando la luna llena ilumine el cielo."
-Martín: "¡Nosotros lo haremos!"
-Tomás: "Sí! Vamos a contarle a todos sobre energías renovables y cómo salvar el planeta."
Muertebio les dio un pequeño amuleto que brillaba con la luz del sol.
-Momia: "Este amuleto les dará fuerzas y les recordará que siempre es posible cambiar el rumbo. ¡Vayan y compartan su conocimiento!"
Los niños se despidieron de Muertebio mientras prometían cumplir su misión. Al salir de la pirámide, sintieron que la luna llena les iluminaba el camino. Durante las semanas siguientes, organizaron eventos en su escuela y el barrio, compartiendo información sobre energías renovables, paneles solares, turbinas eólicas, y cómo cuidar del planeta.
Finalmente, el día de Halloween, con la luna llena brillando en su mayor esplendor, hicieron una gran fiesta donde todos sus amigos y familiares aprendieron sobre la importancia de usar energías limpias.
-Lía: "¡Hagamos un juramento de cuidar el planeta!"
-Tomás: "Siempre recordar que todos somos responsables de nuestra energía."
-Martín: "Y que el espíritu del Solarón vive en nosotros siempre que actuemos por el bien de la Tierra!"
La noche terminó con fuegos artificiales que simbólicamente representaban el sol y el viento, mientras Muertebio sonreía desde la sombra, orgullosa de que sus amigos habían logrado traer de vuelta el poder de la energía renovable.
Y así, los niños siempre llevarían en sus corazones la lección de Muertebio y el poder de la energía. Aunque de noche puede haber sombras y sorpresas, siempre hay una luz que brilla cuando usamos nuestra inteligencia para cuidar de nuestro hogar: el planeta Tierra.
FIN.