Las Niñas Superpoderosas en Busca de Pelusa
Había una vez en la ciudad de Buenos Aires, un gato llamado Pelusa que se había perdido. Sus dueñas, dos hermanas adultas llamadas Romina y Julieta, estaban muy preocupadas porque no lo encontraban por ningún lado.
Fue entonces cuando aparecieron dos niñas con superpoderes: Manuela y Aurelia. Ellas habían escuchado los sollozos de las hermanas y decidieron ofrecer su ayuda. "Hola señoritas, ¿en qué podemos ayudarlas?" - preguntó Manuela con su voz dulce.
"Nuestro gato Pelusa se ha perdido y no sabemos dónde está" - respondió Julieta con lágrimas en los ojos. "No se preocupen más señoritas, nosotras tenemos súper poderes y podemos encontrar a su gatito" - dijo Aurelia confiada.
Las cuatro chicas comenzaron a buscar por toda la ciudad. Usando sus poderes de visión infrarroja, Manuela pudo detectar el calor del cuerpo del gato detrás de un edificio abandonado. Pero para llegar hasta allí debían cruzar una calle muy transitada.
Romina sugirió que cada una usara sus habilidades para crear un plan seguro para cruzar la calle. Julieta creó un escudo protector alrededor de ellas mientras avanzaban hacia el otro lado.
Aurelia utilizó su telequinesis para mover los autos que obstruían el camino mientras que Manuela controlaba el tiempo para detener los semáforos en rojo y permitirles avanzar sin peligro. Finalmente llegaron al edificio abandonado donde Pelusa estaba atrapado en el tejado.
Romina usó su fuerza sobrenatural para escalar el edificio y rescatar al gato. Pero cuando bajaron, se dieron cuenta de que la policía estaba allí esperándolas. "¿Qué están haciendo aquí?" - preguntó uno de los oficiales.
"Estábamos buscando a nuestro gato perdido" - respondió Julieta nerviosa. Aurelia intervino: "No hay nada ilegal en buscar a un gatito. Además, nosotras tenemos superpoderes y podemos ayudar en situaciones de emergencia".
Los oficiales se sorprendieron al ver las habilidades sobrenaturales de las chicas y decidieron dejarlas ir sin problemas. Finalmente, las cuatro chicas regresaron a casa con Pelusa sano y salvo.
Romina y Julieta estaban muy agradecidas por la ayuda que recibieron de Manuela y Aurelia, quienes les enseñaron que trabajar juntos como equipo es lo más importante para lograr cualquier objetivo.
Desde ese día en adelante, las hermanas adultas aprendieron a valorar más la ayuda que pueden recibir de los demás, mientras que las niñas aprendieron que sus superpoderes pueden ser utilizados no solo para salvar el mundo sino también para hacer pequeñas cosas buenas en su comunidad.
FIN.