Las Nueve Estrellas de Estrellita



Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Sonrisas, una niña llamada Estrellita. Estrellita era una niña muy curiosa y soñadora que adoraba mirar las estrellas. Cada noche, se sentaba en su patio con su mejor amigo, Lucas, y juntos contaban las estrellas que brillaban en el cielo. Estrellita siempre decía:

"Lucas, un día quiero viajar a las estrellas y conocer a las hadas que viven allí. ¡Sería maravilloso!"

Pero en el pueblo, la gente decía que las niñas debían soñar en pequeño y mantener los pies en la tierra. Así que, aunque Estrellita soñaba grande, muchas veces sentía que su entusiasmo no era bien recibido. Una tarde, mientras jugaban, Estrellita y Lucas escucharon a dos adultos hablar sobre un concurso que se llevaría a cabo en la plaza del pueblo.

"¿Qué tipo de concurso?" -preguntó Lucas emocionado.

"Es un concurso de inventos," -respondió Estrellita"Escuché que el premio será un viaje en globo a la montaña más alta."

Los ojos de Lucas brillaron.

"¡Debemos participar! Podemos inventar algo increíble."

Estrellita pensó en un montón de ideas. Pero cuando le contó a su mamá que quería participar, su mamá se mostró dudosa.

"Eso está bien, Estrellita, pero los concursos son para los niños, no para las niñas. Mejor enfócate en aprender a cocinar."

Estrellita se sintió triste, pero decidió no rendirse. Esa noche, mientras miraba las estrellas, tuvo una idea brillante.

"¿Qué tal si creamos un traje que nos permita volar? ¡Así podremos alcanzar las estrellas!" -le dijo a Lucas.

Juntos, comenzaron a recolectar materiales. Usaron cartones, cintas coloridas y un sombrero que Estrellita había heredado de su abuela. Después de muchas semanas de trabajo duro y dedicación, finalmente tenían su invento listo para la competencia. Con emoción, fueron a presentar su traje volador.

Cuando llegaron a la plaza, vieron que muchos otros niños estaban mostrando sus inventos. Algunas ideas eran sorprendentes, como una máquina que hacía helados o un robot que bailaba. Sin embargo, cuando Estrellita y Lucas mostraron su traje volador, algunos chicos se rieron.

"¿Qué pueden hacer ustedes dos? Esto es solo un disfraz."

Estrellita sintió que su corazón se encogía, pero Lucas la animó.

"No podemos dejar que nos desanimen, Estrellita. Tenemos que mostrarles que juntos podemos lograrlo. ¡Vamos!"

Así que se subieron al escenario y comenzaron a demostrar cómo funcionaba su invento. De repente, el alcalde del pueblo, que estaba observando, se acercó.

"¿Qué es esto?" -preguntó sorprendido.

"Es un traje volador que construimos yo y Estrellita. ¡Queremos ver el mundo desde las estrellas!" -dijo Lucas con confianza.

El alcalde sonrió.

"¡Qué idea tan original! Me gusta su espíritu."

Pero cuando llegó el momento de elegir al ganador, la mayoría de los jueces eligió a un niño con un robot que podía bailar y contar chistes. Estrellita sintió que se le quebraba el corazón.

"Tal vez no deberíamos haber participado," -murmuró.

Entonces, el alcalde levantó la mano para hablar otra vez.

"Es cierto que este concurso fue para inventos, pero no debemos olvidarnos de lo que realmente importa: la creatividad y el trabajo en equipo. Estrellita y Lucas, aunque no hayan ganado, su espíritu nos ha inspirado a todos nosotros. Por eso, les otorgaré un premio especial: un viaje a la montaña para ver las estrellas."

El pueblo estalló en aplausos y Estrellita y Lucas se miraron emocionados.

"¡Lo hicimos, Estrellita! ¡Podemos ir a ver las estrellas!"

"¡Sí!" -dijo Estrellita, sin poder contener su alegría.

Ese viaje fue increíble. Pasaron la noche en la cima de la montaña, mirando las estrellas brillar con fuerza.

"Siempre debemos soñar en grande, sin importar lo que digan los demás," -dijo Lucas.

Estrellita sonrió mientras miraba el cielo estrellado.

"Tienes razón, Lucas. ¡Nunca más dejaré que nadie apague mis sueños!"

Desde entonces, Estrellita se volvió una gran inventora en el pueblo de Sonrisas, inspirando a otras niñas a soñar en grande y a creer en sus capacidades. Y así, el cielo no fue el límite, sino simplemente el comienzo de muchas aventuras.

Y así, el pueblo aprendió que no importaba si eras niño o niña, todos podían alcanzar las estrellas y cumplir sus sueños con esfuerzo y creatividad. El brillante espíritu de Estrellita y Lucas iluminó el corazón de muchos, convirtiendo su historia en una leyenda que nunca se olvidó.

Fin.

FIN.

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