Las oruguitas valientes
Había una vez un grupo de oruguitas llamadas Lila, Max y Benji que vivían en un hermoso jardín. Eran muy curiosas y siempre estaban buscando nuevas aventuras.
Un día, mientras exploraban el jardín, escucharon un ruido proveniente de los arbustos. Se acercaron con cautela y descubrieron a un pequeño pajarito atrapado entre las ramas espinosas. Lila, la oruguita más valiente del grupo, decidió ayudar al pajarito sin pensarlo dos veces.
Con mucho cuidado, se arrastró por las ramas hasta llegar donde estaba el pájaro. "Hola linda oruguita", dijo el pajarito. "Estoy atrapado aquí desde hace horas y no puedo volar". Max y Benji miraban preocupados desde abajo mientras Lila intentaba desenredar las alas del pajarito.
"No te preocupes", dijo Lila con determinación. "Voy a encontrar una manera de sacarte de aquí". Después de mucho esfuerzo, Lila logró liberar al pajarito y lo colocó suavemente sobre una hoja grande.
"¡Gracias por salvarme!", exclamó el pajarito emocionado. "Eres realmente valiente". Lila sonrió orgullosamente y le respondió: "Todos podemos ser valientes si nos atrevemos a enfrentar nuestros miedos".
El pájaro le contó a Lila que había perdido su camino hacia casa y no sabía cómo regresar. Los niños oruguita decidieron ayudarlo guiándolo hasta su hogar en otro árbol cercano. En el camino, se encontraron con una araña gigante que bloqueaba el camino.
Max y Benji temblaban de miedo, pero Lila recordó lo valiente que había sido al ayudar al pajarito. "No debemos dejar que el miedo nos detenga", les dijo a sus amigos. "Si trabajamos juntos, podemos superar cualquier obstáculo".
Los tres niños oruguita idearon un plan para distraer a la araña mientras el pájaro volaba por encima de ella y los guiaba hacia su hogar. Con mucho coraje, lograron pasar sin ser atrapados. Finalmente, llegaron al árbol donde vivía el pajarito y lo dejaron en su nido seguro.
"¡Gracias por todo!", dijo el pajarito emocionado. "Nunca olvidaré su valentía y amabilidad". Lila, Max y Benji se despidieron del pajarito con una sonrisa en sus rostros.
Aprendieron que no importa cuán pequeños sean o cuántos desafíos enfrenten, siempre pueden encontrar la valentía dentro de ellos mismos para ayudar a otros. Desde ese día, los niños oruguita se convirtieron en héroes del jardín.
Cada vez que alguien necesitaba ayuda o estaba asustado, acudían en su rescate con su espíritu valiente y solidario. Y así es como Lila, Max y Benji demostraron que incluso las orugas más pequeñas pueden hacer grandes cosas cuando tienen el valor suficiente para intentarlo.
FIN.