Las Payasas y El Gran Espejo
Era un soleado día en el circo de la Alegría, donde vivían tres payasas: Risa, Carcajada y Sonrisa. Cada una tenía su estilo único para hacer reír. Risa era muy bromista, Carcajada hacía sonidos divertidos y Sonrisa siempre traía globos de colores.
Un día, decidieron hacer un espectáculo especial, pero no sabían qué hacer. Mientras discutían, encontraron un enorme espejo en el rincón del circo.
"¡Miren este espejo!" - gritó Risa, mirando su reflejo y haciendo caras graciosas.
"Creo que podemos usarlo para nuestra actuación" - dijo Sonrisa, emocionada. "Podemos mostrar cómo brillamos por dentro y por fuera".
Carcajada miró con curiosidad. "¿Y eso cómo se hace?"
Risa sonrió. "Podemos hacer un espectáculo donde cada una muestre lo que la hace reír y lo que la hace feliz".
Las tres comenzaron a ensayar. Risa contó chistes, Carcajada hizo ruidos raros y Sonrisa mostró cómo hacer globos en formas divertidas. Pero, al ver su reflejo en el espejo, notaron algo extraño; cada vez que hacían reír a la gente, sus propios rostros se llenaban de alegría.
"¡Es cierto!" - exclamó Carcajada. "Cuando hacemos reír a otros, nosotros también nos reímos".
Sonrisa asintió, "Entonces, el espejo nos muestra no solo lo que somos, sino lo que podemos provocar en los demás".
El día del espectáculo llegó. El circo estaba repleto y las tres payasas estaban nerviosas, pero sabían lo que tenían que hacer. Al mirar su reflejo en el espejo por última vez, se dieron cuenta de que su mayor tesoro era la amistad y la alegría que compartían.
"¡Vamos a dar lo mejor de nosotras!" - gritaron al unísono.
Y así, con risas y alegría, hicieron reír a todos. Después del espectáculo, los niños se acercaron para felicitarlas.
"¡Son las mejores payasas!" - dijo un niño. "¿Cómo lo hacen para hacer que todos se rían?"
Risa sonrió y respondió: "Es sencillo, cuando compartimos nuestra alegría, la alegría crece "
Carcajada agregó: "Y recordá siempre, ¡la risa es contagiosa!"
Sonrisa concluyó: "Lo más importante es ser feliz, y compartir esa felicidad".
Y así, las tres payasas siguieron haciendo reír, recordando siempre que la risa compartida llena corazones.
Fin.
FIN.