Las Pobres Plumas del Viejo Puente



En un pueblo pequeño llamado Valle Verde, había un río cristalino que serpenteaba entre las montañas. Todos los días, un grupo de amigos lo cruzaba por un viejo puente de madera. Estos amigos eran Lila, la curiosa patita; Leo, el gallo cantor; y Trucha, la traviesa trucha que siempre saltaba en el agua.

Un día, mientras cruzaban el puente, Lila notó algo extraño. -

- ¡Miren eso! -gritó mientras señalaba al río con su patita. -

- ¿Qué es? -preguntó Leo, posando su pico en la barandilla del puente. -

- ¡Plumas! ¡Hay plumas flotando en el agua! -Lila exclamó emocionada.

Los tres amigos se acercaron y vieron un montón de plumas de varios colores. Eran muy bellas, pero parecían un poco tristes. -

- ¿Por qué estarán aquí solas? -inquirió Trucha mientras nadaba en círculos a su alrededor.

- No lo sé -respondió Lila-. Tal vez alguien las perdió. ¡Deberíamos averiguarlo! -

Decididos a encontrar la causa de la soledad de las plumas, emprendieron una búsqueda. Primero, se dirigieron al bosque donde vivía Tío Búho, el sabio del lugar. -

- Tío Búho, ¿has visto alguna vez estas plumas? -preguntó Leo, mostrando una pluma azul brillante. -

- Ah, sí, he visto plumas como esas en la feria del pueblo -respondió Tío Búho-. Son de las aves que vienen a divertirse y jugar, pero hoy no se han visto por aquí.

Curiosos y algo preocupados, nuestros amigos decidieron ir a la feria. Una vez allí, se encontraron con un grupo de aves que parecían muy apenadas. -

- ¿Por qué están tan tristes? -preguntó Lila, acercándose a ellas. -

- Porque hoy se celebrate el Gran Concurso de Vuelo, pero no hemos podido volar bien -dijo una hermosa ave de colores vivos-. Nos han robado nuestras plumas y no podemos participar. -

- ¿Robado? -dijo Trucha, con sus ojos grandes como platos. -

- Sí, alguien se llevó nuestras plumas para hacer papeles de regalo y adornos -explicó un pajarito pequeño. -

- ¡Eso es horrible! -exclamó Leo. -

- Hay que hacer algo. -

Lila tuvo una idea. -

- ¿Y si les ayudamos a recuperar las plumas? Podríamos organizar una búsqueda en el pueblo. -

- Muy buena idea, Lila -dijo Leo, alzando su aleteo. -

- Vayamos a hablar con los otros animales del bosque y el pueblo. -dijo Trucha feliz. -

Así que los amigos empezaron a hacer anuncios por todo Valle Verde. Comenzaron a cantar, a reunir a todos: conejos, ranas, hasta los gatos del pueblo. Todos se unieron a la búsqueda de las plumas. -

- ¡Vamos a encontrar esas plumas! -gritó Lila emocionada. -

Cada rincón del pueblo fue revisado, y al caer el atardecer, encontraron un pequeño escondite lleno de plumas hermosas. -

- ¡Las encontramos! -gritaron todos al unísono. -

- Ahora hay que devolverlas a sus dueños -dijo Leo. -

Cuando regresaron al concurso, vieron las aves esperándolas nerviosas. Con gran alegría les dieron sus plumas. -

- ¡Gracias! ¡En verdad son los mejores amigos! -dijo la bella ave. -

- Esto ya es suficiente para que vuelen altas en el cielo -añadió una pequeña ave azul.

Así, las aves finalmente pudieron participar en el concurso. Mientras volaban en círculos en el aire, llenando de alegría a todo el valle, Lila, Leo y Trucha entendieron que la verdadera amistad significa ayudarse los unos a los otros.

- ¡Esto es increíble! ¡Ellas son felices gracias a nosotros! -dijo Lila, llenándose de orgullo. -

- Aunque a veces pueda parecer difícil, cualquier tarea se hace más fácil con amigos -concluyó Leo.

Desde ese día, el viejo puente no solo fue un lugar de paso, sino también un símbolo de la unión y la amistad. Y cada vez que unas plumas caían del cielo, Lila, Leo y Trucha recordaban que siempre había un motivo para ayudar y alegrar a los demás hasta el último vuelo.

Y así, el pueblo de Valle Verde se llenó de risas y de bellos colores en el cielo durante mucho tiempo, siempre recordando que la amistad era el tesoro más grande de todos.

FIN.

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