Las Profesoras Superpoderosas



En una escuelita encantada en el corazón de la ciudad, vivían cuatro amigas y profesoras: Marifer, Kim, Gaby y Mari. Cada una tenía un talento especial que podía considerarse su pequeño —"superpoder" . Marifer, con su voz dulce, era capaz de calmar a cualquier niño inquieto; Kim tenía la habilidad de hacer que las matemáticas se sintieran como un juego divertido; Gaby, con su amor por la naturaleza, podía hacer que todos entendieran la importancia de cuidar el medio ambiente; y Mari, con su creatividad, podía convertir cualquier clase en una aventura.

Un día, mientras enseñaban en el parque cercano a su escuela, un misterioso silbido se escuchó. Era un ave colorida que se había perdido.

"¡Miren, allá está!" dijo Kim, señalando al ave.

"Pobrecita, debe estar asustada", comentó Gaby, preocupándose también.

"Debemos ayudarla", sugirió Marifer, su voz suave reflejando su preocupación.

"¡Pero cómo? No podemos volar como ella!" exclamó Mari, mirando hacia el cielo.

Decidieron unirse para ayudar al ave. Juntas, comenzaron a idear un plan. Cada una utilizó su superpoder. Marifer empezó a cantar suavemente para calmar a la ave, mientras que Kim le explicó a los niños que podían hacer una trampa segura con ramas y hojas para guiar al ave hacia un lugar seguro.

Gaby mostró cómo hacer una casita para aves de cartón que podían usar si lograban capturarla, y Mari se encargó de contar la historia de un aventurero que ayudaba a los animales.

Mientras trabajaban en equipo, se dieron cuenta de que su amistad y la combinación de sus habilidades eran su verdadero superpoder. ¡Todo parecía ir bien! Pero entonces, una ráfaga de viento hizo que el ave volara más alto y se alejara un poco.

"¡No se preocupen!" dijo Kim, con una sonrisa. “Si seguimos juntos, ¡seguro que lo logramos!"

"¡Hagamos una gran señal para que venga!" sugirió Gaby.

"Yo puedo hacer un dibujo enorme en el suelo con tiza", propuso Mari, emocionada.

Unidos, dibujaron un enorme corazón en el suelo lleno de colores. Al ver el colorido corazón, el ave, curiosa, comenzó a descender lentamente.

"¡Funciona!" gritó Gaby.

"¡Cantemos juntas!" gritó Marifer.

"Ya sé, ¡a contarle a todos los niños lo que estamos haciendo!" exclamó Kim.

Así lo hicieron. Los niños del parque empezaron a cantar y aplaudir, creando un ambiente de alegría que atrajo al ave, quien, con destreza, volvió a aterrizar cerca de ellas.

"¡Lo logramos!" dijo Mari, abrazando a sus amigas.

"Todo fue gracias a que trabajamos juntas", añadió Gaby, sonriendo.

De este modo, las profesoras no solo lograron ayudar al ave, sino que también enseñaron a los niños sobre la importancia del trabajo en equipo, la amistad y la empatía hacia los seres vivos.

Al finalizar el día, las cuatro amigas se miraron y, tal como si tuvieran superpoderes, entendieron que su mayor fuerza era la confianza y el amor que compartían.

"Siempre que estemos juntas, podemos lograr cualquier cosa", concluyó Kim, sonriendo a sus amigas, antes de volver a la escuela con los niños.

Y así, cada día se convirtió en una nueva aventura educativa con sus superpoderes, llevándolos a descubrir el valor del respeto, la creatividad y la solidaridad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!