Las Puertas Mágicas de Juan



Había una vez un niño llamado Juan. Era un chico muy curioso y aventurero, pero también un poco distraído.

A menudo dejaba las cosas abiertas sin darse cuenta, como la tapa del baño o la puerta de su habitación. Un día, mientras jugaba en su casa, Juan dejó la llave del lavabo abierta cuando se fue a jugar con sus amigos afuera.

Al volver, notó que algo extraño había pasado: una puerta que nunca antes había visto estaba abierta en su casa. Intentó cerrarla, pero por más que lo intentaba no podía hacerlo.

-¡Mamá! ¡Papá! -llamó Juan-, ¿por qué hay una puerta nueva en nuestra casa? Sus padres se acercaron y vieron lo mismo que él: una puerta misteriosa que parecía haber aparecido de la nada. -No sé hijo -dijo su mamá-, pero tal vez deberías revisar si has dejado alguna llave abierta. Juan recordó entonces el lavabo del baño y corrió a cerrarlo.

Para sorpresa de todos, al cerrar la llave mágicamente la puerta desapareció. -¡Increíble! -exclamó Juan-.

¡La llave tenía poderes mágicos! Desde ese día en adelante, cada vez que Juan olvidaba cerrar algo importante como el grifo de agua o la ventana del balcón, aparecía una nueva puerta misteriosa en su casa. Y cada vez era más difícil encontrar cómo cerrarla.

Un día, después de dejar el refrigerador abierto toda la noche sin darse cuenta, apareció una enorme puerta gigante que bloqueaba toda la entrada de su casa. -¡Juan! -exclamó su papá-, esta vez no sé cómo vamos a cerrarla.

¿Qué podemos hacer? Juan se dio cuenta entonces de que sus acciones tenían consecuencias y decidió tomar responsabilidad por lo que hacía. Con mucho esfuerzo, logró encontrar una manera de cerrar la puerta gigante y prometió ser más cuidadoso en el futuro.

A partir de ese día, Juan aprendió la lección y nunca más dejó algo abierto sin darse cuenta. Y aunque a veces extrañaba las aventuras mágicas que las puertas misteriosas le ofrecían, sabía que era mejor ser responsable y cuidadoso con su hogar y su familia.

Y así fue como Juan se convirtió en un niño más maduro y responsable gracias a las enseñanzas de las puertas mágicas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!