Las Raíces Valientes de Martina



. Martina era una niña muy curiosa y aventurera. Le encantaba probar cosas nuevas, especialmente en la cocina.

Así que cuando llegó a casa después de un largo día de clases, no pudo resistirse a la tentación de comer sushi que había comprado en el camino. Mientras masticaba su delicioso bocado, escuchó un ruido extraño en la sala de estar.

Se levantó rápidamente para ver qué estaba pasando y se sorprendió al encontrar a su mamá rodeada de cajas y bolsas. -¡Hola Martina! -dijo su mamá con una sonrisa-. ¿Te gustaría ayudarme a ordenar todo esto? -¡Claro! -respondió Martina emocionada-.

¿Qué es todo esto? -Son cosas que hemos estado guardando durante mucho tiempo -explicó su mamá-. Algunas son nuestras, pero otras pertenecían a tus abuelos y bisabuelos. Martina miró las cajas con asombro mientras su mamá le contaba historias sobre sus antepasados y cómo habían llegado a Argentina desde otros países.

De repente, encontraron una caja llena de fotos antiguas. Martina se sentó en el piso junto a su mamá mientras examinaban las fotos juntas. -¿Quiénes son estas personas? -preguntó Martina señalando una foto borrosa en blanco y negro.

-Es tu tatarabuela -respondió su mamá-. Era una mujer muy valiente que viajó sola desde Italia para empezar una nueva vida aquí en Argentina.

Martina sintió un escalofrío recorrerle la espalda al imaginar lo difícil que debió haber sido para su tatarabuela dejar todo lo que conocía y aventurarse en un mundo desconocido. -¿Puedo quedarme con esta foto? -preguntó Martina emocionada. -¡Por supuesto! -respondió su mamá-. Y también puedes quedarte con cualquier otra cosa que te guste de estas cajas.

Martina se sintió abrumada por la cantidad de objetos interesantes que había en las cajas, pero decidió tomarse su tiempo para examinarlos cuidadosamente. Mientras tanto, su mamá preparó una taza de té y juntas disfrutaron del sushi restante.

Martina pensó en lo afortunada que era por tener una familia tan interesante y decidida como la suya. -Esto ha sido muy divertido -dijo Martina sonriendo-.

¡Gracias por compartir estos recuerdos conmigo! -Siempre es bueno recordar nuestras raíces -respondió su mamá mientras le daba un abrazo-. Y quién sabe, tal vez algún día tú también tendrás historias fascinantes para contar a tus hijos y nietos.

Martina se fue a dormir esa noche sintiéndose inspirada y llena de curiosidad sobre el pasado de su familia. Sabía que tenía mucho más por descubrir y estaba ansiosa por explorar aún más sus raíces.

FIN.

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