Las reglas de la amistad
Había una vez cuatro amigas llamadas Ruth, Agostina, Cecilia y Victoria. Ellas eran inseparables y siempre se divertían juntas. Sin embargo, había un problema: a menudo discutían y peleaban por cosas sin importancia.
Un día, después de una pelea muy fuerte, las chicas decidieron que era hora de hacer algo al respecto. Se reunieron en el parque para hablar sobre cómo podían resolver sus problemas.
"Chicas, tenemos que encontrar una manera de llevarnos mejor", dijo Ruth con determinación. "Sí, porque no podemos seguir peleando así", agregó Agostina. "Tal vez necesitamos aprender a comunicarnos mejor", propuso Cecilia. "Eso suena bien, pero ¿cómo lo hacemos?", preguntó Victoria.
Fue entonces cuando notaron a un grupo de niños jugando juntos en el parque sin ningún problema. Decidieron acercarse y preguntarles cómo lo lograban.
Los niños les explicaron que ellos tenían unas reglas básicas para jugar juntos: escucharse mutuamente, respetar las opiniones de los demás y tratar de entenderse antes de tomar decisiones importantes. Las chicas quedaron impresionadas con la sabiduría de los niños y decidieron aplicar esas reglas en su propia amistad.
Desde ese día empezaron a escucharse más atentamente entre ellas, tratando siempre de comprender los puntos de vista del otro antes de tomar cualquier decisión importante. Con el tiempo aprendieron a valorarse más como amigas y se dieron cuenta que sus diferencias eran precisamente lo que hacía su amistad única e interesante.
Aprendieron también a perdonar y a pedir perdón cuando era necesario. La amistad entre Ruth, Agostina, Cecilia y Victoria se fortaleció mucho más gracias a su nueva forma de comunicarse. Decidieron que nunca más permitirían que una pelea arruinara su amistad.
Y así, las chicas aprendieron que la verdadera amistad no se trata de no tener problemas o diferencias, sino de saber cómo resolverlos juntos.
FIN.