Las reglas del Laboratorio de Computación



Era una mañana soleada en el Colegio San Pedro. Los alumnos de quinto grado ¨B¨ se encontraban en su aula, listos para su clase de computación con la profesora Fabiana. Hoy aprenderían sobre las reglas fundamentales del laboratorio de computación. La maestra, siempre entusiasta, entró al aula con una gran sonrisa.

"¡Buenos días, chicos! Hoy vamos a hablar sobre las reglas del laboratorio de computación. ¿Qué creen que debemos tener en cuenta para trabajar bien en el laboratorio?" - preguntó Pr. Fabiana.

Los chicos comenzaron a hablar al mismo tiempo, llenos de ideas. Lucas se animó y dijo:

"¡No comer ni beber cerca de las computadoras!"

"Y no correr, o podríamos caernos y golpearnos con algo" - añadió Arantza, con mucha seriedad.

"También debemos ser cuidadosos con los cables y no tocarlos si están enchufados" - comentó Josep, recordando lo que había visto la semana pasada.

Todos parecían emocionados al compartir sus ideas sobre lo que consideraban esencial.

"¡Muy bien!", - dijo Pr. Fabiana "¡Están en lo correcto! Las reglas son muy importantes para mantener el laboratorio en orden y, sobre todo, seguro para todos nosotros".

La profesora caminó hacia la pizarra y escribió: "1. Mantener el lugar limpio, 2. No correr, 3. No comer ni beber, 4. Cuidado con los equipos".

Mientras los estudiantes anotaban las reglas, Juan Romero se dio cuenta de que no había traído su cuaderno. Sin embargo, tenía una idea brillante.

"Maestra, ¿podemos usar las computadoras para hacer una presentación sobre las reglas?" - preguntó con entusiasmo.

"¡Esa es una excelente idea, Juan! ¡Así no solo aprenderemos, sino que también usaremos la tecnología!" - respondió Fabiana.

Los chicos se dividieron en grupos: Lucas, Tovias y Arantza en uno; y Juan, Josep, y un poco más tarde, se sumó la profesora, en otro. Empezaron a investigar sobre la importancia de cada regla y cómo se relacionaban con el uso responsable de la tecnología.

Mientras trabajaban, Lucas se dio cuenta de que su computadora estaba muy lenta.

"Chicos, ¿les pasa a ustedes también?" - preguntó.

Tovias, que era un experto en tecnología, se acercó a mirar.

"Puede ser que necesitemos hacer limpieza. A veces, las computadoras se llenan de cosas innecesarias y eso las hace más lentas" - explicó Tovias.

Arantza, curiosa, se asomó por encima de su hombro y dijo:

"Entonces, eso significa que también debemos tener cuidado con lo que guardamos en nuestras PCs, ¿no?".

"Exacto! Es una regla no escrita, pero es fundamental" - contestó Tovias, sonriendo.

Las horas pasaron volando y cuando regresaron a la clase, cada grupo presentó sus ideas. Juan, que llevó la voz cantante, decía en su turno:

"Por eso es importante no solo seguir las reglas, sino también entender por qué existen".

La clase se llenó de aplausos y Fabiana los felicitó a todos.

"Los felicito, cada uno de ustedes ha hecho un gran trabajo. Ahora, cuenten, ¿qué aprendieron sobre las reglas?" - preguntó la maestra.

"Que las reglas no son solo normas, son formas de cuidarnos a nosotros mismos y a los demás" - dijo Josep, mientras Lucía sonreía en señal de acuerdo.

De repente, el timbre sonó y se prepararon para ir al recreo, pero antes de salir, Tovias dijo:

"Chicos, ¿y si hacemos un cartel con todas las reglas y lo colgamos en el laboratorio?" -

"¡Me encanta esa idea! Así recordaremos siempre lo que aprendimos hoy!" - exclamó Arantza, con el espíritu de colaboración.

Ese día en el laboratorio de computación no solo aprendieron sobre las reglas, sino que también descubrieron el valor de trabajar en equipo, pensar en los demás y la importancia de cuidar el lugar donde aprenden.

Así, los chicos se convirtieron en grandes defensores de las buenas prácticas en el laboratorio. Al final, un mismo grito salió de sus labios:

"¡Por unas computadoras felices y seguras!"

FIN.

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