Las Seis Virtudes de las Hermanas Campesinas
Había una vez, en un tranquilo y hermoso pueblo rodeado de verdes campos y coloridas flores, seis hermanas campesinas que deseaban encontrar un trabajo para ayudar a su familia.
Sin embargo, no sabían en qué podían destacarse, ya que todas tenían habilidades diferentes pero no sabían cómo utilizarlas de manera productiva. Un día, mientras paseaban por el mercado del pueblo en busca de inspiración, se encontraron con una mujer elegante y bondadosa que irradiaba luz y sabiduría.
Era la reina de valores del reino vecino, conocida por su generosidad y su capacidad para guiar a las personas por el camino del bien.
Las hermanas se acercaron tímidamente a la reina de valores y le contaron sobre su deseo de trabajar y contribuir al bienestar de su familia. La reina sonrió con ternura y les propuso un desafío: durante seis días seguidos, cada una de las hermanas debería demostrar uno de los seis valores más importantes para ella.
La primera hermana decidió mostrar el valor de la honestidad. Se comprometió a ser sincera en todo momento, incluso cuando fuera difícil. La segunda eligió demostrar la valentía enfrentando sus miedos más profundos.
La tercera optó por la solidaridad, ayudando a quienes más lo necesitaban en el pueblo. La cuarta hermana decidió mostrar la perseverancia al emprender un proyecto difícil pero significativo. La quinta escogió demostrar la amabilidad realizando actos generosos sin esperar nada a cambio.
Y finalmente, la sexta hermana decidió mostrar el valor del respeto tratando a todos con cortesía y consideración. Durante seis días consecutivos, cada una de las hermanas se esforzó por demostrar su valor asignado con determinación y dedicación.
Al finalizar el desafío, la reina de valores las llamó a su palacio para felicitarlas por sus logros y ofrecerles un trabajo especial: ser guardianas de los valores del pueblo.
Las hermanas aceptaron emocionadas esta importante tarea y se comprometieron a seguir guiando a los habitantes del pueblo por el camino del bien mediante sus ejemplos vivientes.
Desde ese día en adelante, las seis hermanas campesinas fueron conocidas como las guardianas de los valores, inspirando a todos con su nobleza y virtud.
Y así, gracias al encuentro con la reina de valores y al descubrimiento de sus propias fortalezas interiores, las hermanas encontraron un propósito noble que les permitió trabajar juntas en armonía para hacer del mundo un lugar mejor para todos.
FIN.