Las Superprofesoras y el Bosque de los Valores



Era un hermoso día en la ciudad de Buenos Aires cuando las cuatro mejores amigas, Marifer, Kim, Gaby y Mari, se reunieron en el parque. Las cuatro eran profesoras en la misma escuela y estaban comprometidas con enseñar no solo materias, sino también valores importantes a sus alumnos.

Un día, mientras caminaban, encontraron un misterioso mapa doblado entre las hojas de un árbol. Kim, siempre curiosa, lo tomó y lo desenrolló.

"¿Qué será esto?" - preguntó emocionada.

"Parece un mapa del bosque de los valores" - dijo Marifer.

"¿Bosque de los valores?" - preguntó Gaby, a quien le encantaban las historias de aventuras.

"Sí, ¡hacia allí!" - indicó Mari, señalando el mapa.

Las cuatro decidieron que deberían ir al bosque y descubrir qué secretos guardaba.

Al llegar, se encontraron con un arco de árboles mágicos. Cada árbol estaba rotulado con un valor: amistad, respeto, empatía y perseverancia. De repente, el árbol de la amistad comenzó a brillar.

"¡Miren eso!" - exclamó Kim.

"¿Qué pasará si tocamos el árbol?" - preguntó Marifer.

"¡Vamos a averiguarlo!" - dijo Gaby, valiente como siempre, y salió al frente.

Las amigas se acercaron juntas al árbol y, al tocarlo, una luz intensa las envolvió.

"¡Wow! ¡Nos han dado superpoderes!" - gritó Mari, viendo que a cada una le había crecido un símbolo en la mano: una estrella, un corazón, un libro y un rayo.

"¿Qué significa esto?" - preguntó Gaby.

"Creo que cada símbolo representa un valor que debemos enseñar en el aula" - sugirió Marifer.

Con sus nuevos poderes, decidieron practicar cada valor en sus clases. En el recreo, Kim volaba sobre sus alumnos, ayudando a aquellos que se sentían solos:

"¡Hola! ¿Querés jugar con nosotras?" - decía, usando su poder para mostrarles que la amistad se construye compartiendo momentos.

Mientras tanto, Marifer utilizaba el poder del corazón para resolver conflictos entre sus alumnos:

"Chicos, ¿por qué no hablamos primero? ¿Qué sienten?"

"No me gusta que me digan cosas" - decía uno.

"Entiendo, vamos a buscar una solución juntos".

Por su parte, Gaby usaba el libro para contar historias inspiradoras sobre personas que perseveraron a pesar de las dificultades:

"¿Sabían que Thomas Edison no se rindió después de cientos de intentos? Gracias a su perseverancia, tenemos luz eléctrica. ¡Ustedes también pueden lograr sus sueños!"

Mari, con su rayo, motivaba a todos a ser empáticos y a cuidar uno del otro:

"Este juego es divertido, pero no olvidemos incluir a todos, ¡porque así es más divertido!"

Mientras estaban en el jardín de la escuela, se dieron cuenta que los poderes no solo estaban para ellas.

"Hicimos que todos participen y juntos somos más fuertes" - dijo Kim, mirando cómo sus alumnos reían y disfrutaban juntos.

Pero un día, un viento fuerte había llevado el mapa.

"¡Oh no! ¿Y ahora cómo nos volveremos a conectar con los valores?" - se preocupó Gaby.

"Tal vez no necesitamos el mapa. ¡Están en nuestros corazones!" - sugirió Mari.

"Tienes razón, incluso sin el mapa, podemos seguir enseñando siempre que estemos unidas" - dijo Marifer.

Decidieron crear un mural en la escuela donde cada alumno podía escribir lo que significaba cada valor y cómo pensaban que podían ayudar a otros.

"¡Miren cuánto hemos aprendido juntos!" - exclaimed Gaby, mientras veían el mural lleno de colores.

Al final del año, organizaron una gran fiesta en el colegio para celebrar todo lo que habían logrado. Cuando la felicidad y la amistad llenaron el aire, el bosque de los valores apareció frente a ellas una vez más.

"Gracias por recordar lo que realmente importa: los valores se llevan en el corazón y se enseñan con acciones" - dijo un árbol desde lejos.

Marifer, Kim, Gaby y Mari se dieron cuenta de que sus superpoderes eran el resultado del amor y el compromiso que tenían por sus alumnos. Aquello era lo que realmente hacía la diferencia.

Y así, con el nuevo aprendizaje y un fuerte lazo de amistad, decidieron seguir explorando el bosque juntos, sabiendo que siempre habría nuevos valores que aprender y enseñar, y aventuras que vivir.

FIN.

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