Las travesuras de Juana en la plaza


Juana era una niña traviesa y curiosa que siempre encontraba la manera de divertirse en la plaza. Un día, mientras saltaba en los charcos, se dio cuenta de que el tobogán estaba roto.

En lugar de ignorarlo, decidió crear un cartel que decía "Tobogán en reparación, vuelvan pronto" y lo colocó en la entrada. Los niños que llegaban se sorprendían por la iniciativa de Juana y le preguntaban por qué lo había hecho.

"No quería que alguien se lastimara, así que pensé que era mejor prevenir que lamentar", les respondía con una sonrisa. A partir de ese día, Juana se convirtió en la guardiana no oficial de la plaza, pendiente de cualquier problema que pudiera surgir.

A medida que pasaba el tiempo, los vecinos comenzaron a notar su compromiso y decidieron crear un club de cuidadores de la plaza, donde Juana era la presidenta honoraria. Los niños aprendieron el valor de ser proactivos y de asumir responsabilidades.

Además, la plaza se convirtió en un lugar más seguro y agradable para todos. Juana comprendió que sus travesuras podían tener un impacto positivo en su comunidad, y siguió buscando maneras creativas de hacer del mundo un lugar mejor.

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