Las travesuras de Lautaro



Lautaro era un niño muy simpático, inquieto y travieso, pero por sobre todo era muy bueno. Siempre estaba buscando nuevas aventuras y desafiando los límites. Un día, Lautaro decidió explorar el jardín de su vecina, la señora Marta.

Mientras jugaba, accidentalmente rompió una maceta. Asustado, decidió esconderse en su casa, pero su mamá lo encontró rápidamente.

- Lautaro, ¿qué ha pasado aquí? -preguntó su mamá con tristeza en los ojos.

- Lo siento mucho, mamá.

Fue un accidente, no quise romper la maceta -dijo Lautaro con voz temblorosa.

Pero en lugar de enojarse, su mamá lo abrazó y le explicó que todos cometemos errores, pero lo importante es reconocerlos y hacer todo lo posible por enmendarlos.

Lautaro se disculpó con la señora Marta y se ofreció a ayudarle a arreglar su jardín. La señora Marta, conmovida por la actitud de Lautaro, le agradeció y le enseñó cómo cuidar las plantas.

A partir de ese día, Lautaro se convirtió en el ayudante oficial de la señora Marta, aprendiendo sobre el valor de la responsabilidad y la importancia de pedir perdón.

La bondad y la generosidad de Lautaro inspiraron a otros niños del vecindario, y juntos llevaron a cabo muchas actividades para embellecer la comunidad. Lautaro comprendió que sus travesuras podían convertirse en actos de bondad, y que la amistad y la colaboración eran clave para hacer del mundo un lugar mejor.

FIN.

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