Las travesuras de Lili, la gatita golosa


Juanita era una niña alegre y amorosa que disfrutaba pasar tiempo con su gatita Lili. Todos los días, después de jugar juntas, Juanita le daba a Lili unas deliciosas galletitas como recompensa por alegrarles la vida. Al principio, la traviesa gatita solo comía nueve galletitas al día, pero a medida que crecía, sus travesuras se hicieron más frecuentes.

Lili, con su pelaje suave y sus ojos brillantes, era el orgullo de Juanita. Pasaban horas jugando a las escondidas y persiguiéndose por la casa. Aunque Lili era muy traviesa, Juanita siempre encontraba la manera de perdonarla, porque la amaba con todo su corazón. Un día, luego de esconderse en el armario, Lili encontró una caja llena de deliciosas galletitas que Juanita le daba de premio, y sin pensarlo dos veces, se las comió todas de un solo bocado. Juanita, al descubrir lo sucedido, no pudo evitar sentirse triste y algo decepcionada.

A partir de ese día, Juanita decidió enseñarle a Lili sobre la importancia de la moderación y la responsabilidad. Buscó la ayuda de su abuelita, quien le explicó que para ser una gatita sana y feliz, Lili debía aprender a controlar su apetito y a compartir con los demás.

Juanita puso en práctica los consejos de su abuelita. Comenzó a premiar a Lili con una galletita a la vez y la felicitaba cada vez que demostraba autocontrol. Lili, aunque al principio no entendía por qué no podía comer todas las galletitas de una vez, poco a poco fue comprendiendo el valor de compartir y el control de sí misma.

La traviesa gatita, con amor y paciencia, aprendió que la moderación es importante y que compartir con los demás es una forma de demostrar cariño. Con el tiempo, Lili se convirtió en una gatita más madura y amable, y Juanita estaba más feliz que nunca de ver a su mascota crecer y aprender.

A partir de entonces, Lili disfrutaba sus galletitas con mesura y alegría, sabiendo que compartir con Juanita era la mejor recompensa. Y juntas, continuaron alegrando la vida de quienes las rodeaban con su amor y complicidad.

Dirección del Cuentito copiada!