Las travesuras de Mateo



Mateo era un niño de 11 años, conocido por todos en su barrio como el más travieso de todos.

Siempre se metía en líos y, por más que sus padres intentaran educarlo, parecía que siempre encontraba la forma de causar caos y diversión a la vez. Un día, Mateo decidió que quería construir una nave espacial para viajar a la luna. Reunió a sus amigos del barrio y juntos empezaron a recoger materiales para construir la nave.

Usaron cajas de cartón, papel de aluminio y luces de Navidad para simular los paneles solares. Cuando terminaron, todos se metieron dentro de la nave y soñaron con viajar a la luna.

Sin embargo, la nave se desarmó y Mateo y sus amigos terminaron tirados en el suelo, llenos de risas y alegría. En ese momento, Mateo se dio cuenta de que no necesitaba viajar a la luna para vivir aventuras emocionantes.

Decidió que su barrio era el lugar perfecto para explorar, aprender y divertirse. A partir de ese día, Mateo canalizó su energía en actividades creativas y educativas, como organizar una feria de ciencias en su barrio y ayudar a sus vecinos con tareas del hogar.

A medida que se involucraba en actividades positivas, Mateo descubrió que podía ser el niño más travieso, pero siempre con un corazón bondadoso y generoso.

FIN.

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