Las travesuras de Trunky
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, llamado Villa Melodía, donde todos los habitantes tenían el don de cantar mientras caminaban. Eran famosos por su alegría y sus canciones que llenaban cada rincón del lugar.
En ese pueblo vivía Lucas, un niño muy curioso y entusiasta. Aunque también tenía el don de cantar mientras caminaba, él soñaba con algo más: quería escribir sus propias canciones.
Pasaba horas y horas sentado bajo un viejo árbol en la plaza principal, intentando componer melodías únicas. Un día, Lucas decidió emprender un viaje a la Montaña del Silencio para encontrar inspiración para sus canciones.
Caminó durante días hasta llegar a la cima de la montaña, donde se encontró con una sorpresa inesperada: ¡había una cueva llena de libros! Lucas estaba maravillado y comenzó a leer uno tras otro. Le encantaba cómo las palabras se combinaban para crear historias mágicas y personajes fascinantes.
Pero lo que más le impresionó fue descubrir que había libros sobre música y composición. Con su mochila llena de libros, Lucas regresó a Villa Melodía ansioso por compartir todo lo que había aprendido.
Reunió a todos los habitantes del pueblo en la plaza principal y les contó sobre su aventura en la Montaña del Silencio. "-¡Amigos! ¡He traído libros sobre música! Podremos aprender nuevas técnicas e ideas para nuestras canciones", exclamó emocionado Lucas.
Todos los habitantes estaban emocionados ante esta nueva oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Juntos, comenzaron a leer los libros y a experimentar con diferentes estilos musicales. A medida que pasaban los días, Villa Melodía se llenó de música aún más hermosa.
Las canciones ahora eran más ricas en melodías y armonías, gracias a las enseñanzas de los libros. Pero un día, cuando Lucas estaba paseando por el pueblo, escuchó una triste melodía proveniente de una casa abandonada.
Se acercó curioso y encontró a Martina, una niña solitaria que había perdido su voz debido a un gran dolor en su corazón. "-¿Qué te sucede, Martina? ¿Por qué no cantas?", preguntó Lucas preocupado.
Martina le contó sobre la pérdida de sus padres y cómo eso le había robado la alegría y las ganas de cantar. Lucas recordó lo mucho que la música había cambiado su vida y decidió ayudarla.
Junto a todos los habitantes de Villa Melodía, organizaron un concierto especial para Martina en la plaza principal. Cantaron canciones llenas de amor y esperanza mientras caminaban hacia ella. En ese momento mágico, algo increíble ocurrió: Lucas sintió cómo las palabras fluían desde lo más profundo de su ser.
Comenzó a cantar una canción escrita especialmente para Martina, transmitiendo todo el amor y apoyo del pueblo hacia ella. Al escuchar esa hermosa melodía llena de emoción, Martina recuperó su voz poco a poco.
Sus lágrimas se convirtieron en sonrisas mientras cantaba junto con todos sus vecinos. Desde aquel día, Villa Melodía siguió siendo un lugar lleno de música y alegría. Lucas se convirtió en un famoso compositor y Martina en una talentosa cantante.
Y así, gracias a la pasión por la música y el poder de las palabras escritas, Villa Melodía se convirtió en un ejemplo para todos los pueblos cercanos. La magia de cantar, caminando y escribiendo había transformado sus vidas para siempre.
FIN.