Las travesuras del robot casero



Había una vez un robot diminuto llamado R2 que estaba diseñado para ayudar en casa. Un día, su dueño, Martín, le pidió que lo ayudara con la limpieza. R2 estaba emocionado de ayudar, pero las cosas no salieron como esperaban.

Cuando intentó cocinar, la harina voló por toda la cocina. Al tratar de regar las plantas, terminó empapando el piso. Cada intento resultaba en caos cómico.

A pesar de todo, Martín nunca se enojaba, siempre sonreía y le decía a R2: "No te preocupes, ¡lo estás haciendo genial!" Al final del día, Martín le enseñó a R2 cómo realizar las tareas de forma correcta, y juntos limpiaron la casa.

Desde ese día, R2 aprendió a ser más cuidadoso y siempre contó con la paciencia y el apoyo de su amable dueño.

FIN.

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