Las tres brujas Nohe, Liz y Jhane
Había una vez en un bosque encantado, tres brujas llamadas Nohe, Liz y Jhane. Ellas vivían juntas en una pequeña cabaña, donde practicaban sus hechizos y pociones mágicas.
Un día, las tres brujas decidieron poner en práctica sus habilidades mágicas para ayudar a los habitantes del bosque. Nohe era experta en transformar objetos comunes en tesoros mágicos, Liz tenía el don de curar las enfermedades de las plantas y Jhane podía hacer que los sueños se convirtieran en realidad.
Un rumor se extendió rápidamente por el bosque, y pronto los animales del lugar comenzaron a buscar la cabaña de las brujas en busca de ayuda. Un zorro herido, un árbol enfermo, y hasta un hada desanimada acudieron a ellas en busca de soluciones mágicas.
Las brujas, con gran empatía y sabiduría, atendieron a cada ser con amor y dedicación. Nohe transformó una simple rama en un bastón que ayudaría al zorro a caminar, Liz preparó una poción que sanó al árbol enfermo, y Jhane hizo que el sueño del hada se hiciera realidad convirtiendo sus lágrimas de tristeza en risas de alegría.
Poco a poco, la fama de las tres brujas se expandió más allá del bosque, llegando a oídos del rey del reino vecino. El rey, intrigado por las habilidades de las brujas, decidió invitarlas a su palacio para realizar una demostración de sus poderes.
Las brujas aceptaron la invitación, sabiendo que era una gran oportunidad para mostrar al mundo que la magia también podía ser utilizada para hacer el bien. En el palacio, frente a una multitud asombrada, Nohe, Liz y Jhane realizaron increíbles demostraciones de sus talentos mágicos, despertando admiración y gratitud en todos los presentes.
Desde ese día, las tres brujas se convirtieron en consejeras del rey, ayudando a resolver problemas y llevar alegría al reino con sus habilidades mágicas. Y aunque ganaron fama y reconocimiento, siempre recordaron humildemente su verdadero propósito: hacer del mundo un lugar mejor con su magia.
Y así, Nohe, Liz y Jhane demostraron que la magia puede ser un poderoso instrumento para iluminar la vida de los demás con amor, compasión y solidaridad.
FIN.