Las Tres Brujas y el Bosque Encantado
Había una vez, en un bosque encantado, tres brujas que hacían el mal donde quiera que iban. Sus nombres eran Mora, Lila y Clara. Se conocían como las brujas traviesas, porque su pasatiempo favorito era causar estragos en el reino. Un día, decidieron que era el momento de usar sus poderes para hacer algo diferente.
"Vamos a volar por el bosque esta noche y asustar a los animales", sugirió Mora, mientras revolvía su caldero lleno de sombras.
"No, Mora, eso es muy aburrido. ¿Por qué no transformamos a las criaturas en cosas ridículas?" propuso Lila, sonriendo maliciosamente.
"Lo que pienso yo es que podríamos hacer que todos se vuelvan un poco más... groseros. ¡Imagínense a los patos peleando!" exclamó Clara, entre risas.
Así, durante semanas continuaron con su travesura, convirtiendo a los animales en criaturas extrañas y haciendo que se peleen entre sí, causando caos por todo el bosque.
Pero un día, al volver de una de sus aventuras, se encontraron con un espectáculo sorprendente. Todos los animales del bosque estaban reunidos, discutiendo y desesperados.
"¿Qué pasa aquí?" preguntó Mora, al ver a un viejo búho, muy preocupado.
"Es horrible, brujas. Nuestro bosque está en peligro. La fuente mágica, que nos da agua y hace crecer los árboles, se ha secado. Cada vez que nos peleamos por culpa de sus hechizos, olvidamos cuidarla. ¡Si no encontramos una solución, no tendremos más hogar!" explicó el búho con tristeza.
Las tres brujas se miraron unas a otras y, por primera vez, sintieron un nudo en el estómago.
"Quizás hay algo que podamos hacer para ayudar", dijo Lila, reflexionando. "Si la fuente se ha secado porque estuvimos peleando... tal vez algún hechizo podría traerla de vuelta."
"Pero no podemos seguir usando nuestra magia para el mal", agregó Clara, con un tono serio.
Mora suspiró. "Tienen razón. Debemos cambiar. Es hora de usar nuestros poderes de una manera buena."
Las brujas decidieron hacer un hechizo especial. Recordaron que la amistad y la cooperación eran claves para solucionar los problemas. Todo el bosque se unió, y las brujas guiaron a los animales en un ritual de amor y conexión. Juntos, con el poder de su cooperación, hicieron que la fuente recuperara su brillo y fuerza.
"¡Hurra!" gritaron todos al ver cómo el agua comenzaba a fluir nuevamente. Los árboles florecieron, y el bosque volvió a cobrar vida.
Las brujas sonrieron satisfechas. "Gracias, amigos. Prometemos que a partir de ahora, sólo usaremos nuestra magia para ayudar a los demás", afirmaron. Desde aquel día, Mora, Lila y Clara se convirtieron en las guardianas del bosque, usando su magia para cuidar y dar alegría a todos los seres que ahí habitaban.
"Juntas podemos lograr grandes cosas", dijo Lila mientras acariciaba a un conejo.
Y así, las tres brujas aprendieron que, aunque el mal puede ser divertido en un principio, nada se compara a la alegría que uno siente al ayudar a los demás. Y el bosque, lleno de amor y risas, se convirtió en su hogar para siempre. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.