Las tres maripositas y los dos cerditos



Había una vez en un hermoso bosque, tres maripositas muy traviesas llamadas Margarita, Violeta y Celeste, que amaban volar y jugar entre las flores. Un día, mientras revoloteaban alegremente, se encontraron con los dos cerditos, Pancho y Juancito, quienes estaban construyendo sus casitas. Las maripositas se acercaron curiosas y entablaron una conversación:

- ¡Hola, cerditos! ¿Qué están haciendo? - preguntó Margarita.

- Estamos construyendo nuestras casas para protegernos de posibles peligros -respondió Pancho.

- ¡Qué idea tan genial! Nosotras nunca hemos tenido una casa, siempre volamos de flor en flor - dijo Violeta.

- Sí, es lo mejor del mundo - agregó Celeste.

Los cerditos se sorprendieron al escuchar esto y les propusieron a las maripositas ayudarles a construir cada uno una casa. Las tres maripositas aceptaron entusiasmadas y pronto se pusieron manos a la obra. Margarita ayudó a Pancho a construir una casa de ladrillos, Violeta ayudó a Juancito a construir una casa de madera y Celeste, con su creatividad, construyó una casita de flores para ella misma. Todos trabajaron juntos y, al final del día, las casas estaban terminadas.

Con el tiempo, los cerditos y las maripositas se volvieron grandes amigos y compartían momentos felices juntos. Las maripositas aprendieron el valor del esfuerzo y la amistad, mientras que los cerditos descubrieron la importancia de la libertad y la alegría de la naturaleza. Así, entre risas y aventuras, formaron un hermoso lazo que les enseñó a todos el verdadero significado de la cooperación y la diversidad en el bosque.

FIN.

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