Las Tres Mujeres Amables


Había una vez una niña huérfana llamada Sofía, que llegó a un lugar desconocido en la ciudad. No tenía a nadie y se sentía muy sola.

Un día, mientras caminaba por el parque, vio a tres mujeres sentadas alrededor de un árbol gigante. Sofía se acercó tímidamente y las saludó. Las mujeres le sonrieron amablemente y le preguntaron si necesitaba ayuda. Sofía les contó su historia y les dijo que no sabía qué hacer.

Las mujeres le dijeron que no se preocupara, que ella estaba en buenas manos ahora. Le enseñaron habilidades como cocinar, coser y leer libros interesantes.

Pero algo extraño sucedió cuando Sofía aprendió estas habilidades: un cocodrilo gigante aparecía en sus sueños todas las noches, tratando de atacarla. Ella también notó que el árbol gigante parecía tener ramas con espinas afiladas cada vez que ella practicaba sus nuevas habilidades debajo de él.

Un día, mientras las mujeres estaban distraídas hablando entre ellas, Sofía decidió investigar por sí misma lo que estaba pasando con el cocodrilo gigante y el árbol gigante. Se adentró en el bosque detrás del parque hasta encontrar una cueva donde habitaba el cocodrilo gigante.

Descubrió que alguien lo había encerrado allí para evitar daños mayores a la ciudad. Después continuo caminando hasta llegar al árbol gigante donde encontró raíces malvadas creciendo debajo del mismo.

Se dio cuenta de que era la mamá de Sofía quien había hecho esto para evitar que su hija aprendiera y se alejara de ella. Sofía decidió enfrentar a su mamá y le dijo que estaba cansada de vivir en la oscuridad.

Le demostró todo lo que había aprendido con las mujeres y cómo eso la hacía feliz. La mamá, sorprendida por el coraje y determinación de su hija, finalmente aceptó dejarla crecer y aprender, dejando atrás sus miedos e inseguridades.

Desde ese día en adelante, Sofía continuó aprendiendo nuevas habilidades con las tres mujeres mientras disfrutaba de una vida más plena y feliz. Y aunque el cocodrilo gigante todavía aparecía en sus sueños algunas noches, ella sabía que podía manejarlo gracias a las enseñanzas valiosas que había recibido.

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