Las tres viscachas de culta


En un valle verde y repleto de flores vivían tres viscachas muy curiosas llamadas Matilda, Lola y Pancho.

Ellas no eran como las demás viscachas que solo se dedicaban a saltar y comer pasto, no, ellas eran diferentes, les encantaba investigar y aprender sobre el mundo que las rodeaba. Un día, mientras exploraban el valle, encontraron un antiguo libro con letras doradas en su portada. Emocionadas, decidieron llevarlo a su madriguera para descifrar sus misterios.

- “¡Miren lo que encontramos! ¡Un libro antiguo! ” exclamó Matilda emocionada. - “¡Qué curioso! Nunca hemos encontrado algo así” dijo Lola intrigada. - “Vamos a descubrir qué hay dentro” agregó Pancho entusiasmado.

Las tres viscachas abrieron el libro y descubrieron que era un libro de cuentos lleno de historias fascinantes. Decidieron que cada noche, una de ellas leería un cuento para que las otras dos pudieran aprender algo nuevo.

Así, durante muchas noches, Matilda, Lola y Pancho se sumergieron en las maravillosas historias del libro, descubriendo mundos lejanos, criaturas fantásticas y valores importantes. Con el tiempo, se dieron cuenta de que no solo habían aprendido mucho, sino que habían cultivado una gran amistad al compartir esos momentos.

Un día, mientras exploraban una cueva misteriosa, encontraron un grupo de vizcachas que no sabían leer ni escribir. Decidieron compartir su hallazgo y enseñarles todo lo que habían aprendido. Juntos formaron un grupo de estudio y comenzaron a explorar el maravilloso mundo de la lectura y el conocimiento.

Las tres viscachas de culta habían inspirado a otros a seguir su ejemplo, convirtiéndose en un símbolo de superación y dedicación en el valle verde.

Y así, Matilda, Lola y Pancho demostraron que el conocimiento puede cambiar vidas y que compartirlo es el camino para hacer un mundo mejor.

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