Las Vacaciones de la 7-11
Era un hermoso día en la Escuela Primaria del barrio, y la profe Karina estaba en su salón de clases, esperando ansiosamente a que llegaran los chicos de la 7-11. Eran sus alumnos favoritos, un grupo lleno de energía, risas y creatividad. Pero aquella mañana, algo no estaba bien.
"¡Hola, profe Karina!" - gritaron los chicos al entrar."¿Qué tal, chicos?" - respondió la profe, sonriendo. Pero su sonrisa se desvaneció un poco cuando notó que algunos de ellos llevaban mochilas más grandes de lo normal.
"Profe, nos vamos de vacaciones a la playa este fin de semana", - explicó Sofía, una de las más entusiastas de la clase.
"Sí, ¡con mi familia!" - añadió Lucas, emocionado.
"Yo también, profe, ¡será genial!" - dijo Agustín.
La profe Karina sintió una mezcla de alegría por ellos y tristeza por la idea de no verlos en unos días.
"¡Qué suerte, chicos! Pero... ¿cómo vamos a hacer para divertirnos y aprender sin ustedes?" - preguntó.
Los chicos se miraron entre sí, pensando.
"Podemos escribirte postales desde la playa y contarte todo lo que hacemos", - sugirió Ana. "Y podemos hacer una lista de cosas que aprendemos durante las vacaciones. ¡Así seguimos aprendiendo, aunque estemos ausentes!" -
La profe Karina sonrió de nuevo:
"Esa es una excelente idea, Ana. Podemos llamarlo 'Aprendizajes de Vacaciones'."
Los chicos se pusieron manos a la obra. Analizaron experiencias pasadas y decidieron qué querían llevar a cabo sin la profesora en la playa. Razón y alegría se unieron en ese lindo proyecto.
Las vacaciones comenzaron y cada chico se sumergió en sus aventuras. Sofía recogió caracoles.
"¡Esto es un aprendizaje!" - pensó. "Voy a dibujar un caracol y escribir todo sobre él para contárselo a la profe Kare en la postal."
Lucas, mientras tanto, se dedicó a observar a las gaviotas.
"Voy a investigar sobre su alimentación para contárselo a la profe Karina. Definitivamente, puede ser un gran tema para la postal", - se dijo.
Agustín y Ana decidieron hacer una pequeña obra de teatro con sus amigos en la playa, sobre las aventuras de un pez que quería explorar el mundo, porque sabían que a la profe Karina le encantaban las historias.
Y así, cada día, los chicos de la 7-11 se llenaban de nuevas experiencias y aprendizajes, y al final de la semana, habían llenado sus mochilas no solo de arena y recuerdos, sino de conocimientos.
Regresaron a la escuela y no podían esperar para contarle a la profe Karina todo lo que habían vivido.
"¡Profe!" - gritaron al entrar.
"¡Los extrañé tanto!" - respondió Karina con una gran sonrisa. "¿Cómo les fue?"
Los chicos comenzaron a compartir sus historias. Sofía mostró su dibujito del caracol y explicó sus características. Pero aún había más por venir. Al momento de mostrar las postales, la emoción fue total.
"Miren, profe, ¡escribí sobre las gaviotas!" - exclamó Lucas, mientras leía en voz alta todo lo que había aprendido sobre esos hermosos pájaros.
"Y nosotros hicimos una obra de teatro... ¡vengan todos!" - añadió Agustín.
Los demás chicos se unieron y juntos hicieron la representación de la historia del pez explorador. La profe Karina aplaudió y sonrió mientras veía como sus alumnos podían aprender de forma tan creativa y divertida.
"Estoy muy orgullosa de ustedes, chicos. Han aprendido mucho y demostraron que siempre se puede aprender en cualquier lugar."
A partir de aquel día, todos los años, la clase de la profe Karina pasaba a ser parte de sus vacaciones, donde los chicos debían explorar, descubrir y luego traer sus aprendizajes a la escuela, porque la profesora descubrió que las mejores lecciones a veces vienen de las aventuras.
Y así fue como los chicos de la 7-11 aprendieron que el aprendizaje no tiene límites y que, incluso en la diversión, siempre hay algo nuevo por descubrir. Así, las vacaciones se convirtieron en una tradición en la que cada año, volvían con nuevas historias para compartir y un mundo lleno de enseñanzas para seguir creciendo juntos.
FIN.