Las valientes amigas y la serpiente misteriosa



Era un hermoso día de sol y las cuatro amigas estaban emocionadas por pasar la tarde juntas en el parque. Delfina, Lara, Rena y Berni eran inseparables, siempre buscando aventuras y diversión.

Llegaron al parque riendo y corriendo, listas para disfrutar de los juegos. Se dirigieron directamente hacia el tobogán gigante que tanto les gustaba. Pero cuando llegaron allí, algo extraño sucedió: el tobogán estaba ocupado por una enorme serpiente.

- ¡Ay! ¿Vieron eso? ¡Una serpiente en el tobogán! -exclamó Delfina asustada. - ¡Sí! ¡Es gigante! -agregó Lara con voz temblorosa. Las chicas se miraron entre sí, sin saber qué hacer. Estaban aterradas ante la presencia de aquel reptil tan imponente.

- Chicas, no podemos dejar que una serpiente arruine nuestro día de diversión en el parque -dijo Rena valientemente-. Debemos encontrar una forma de resolver esto. Berni asintió con determinación y propuso:- Tal vez si llamamos a alguien que pueda ayudarnos...

¿qué tal si buscamos al guardaparques? Las chicas estuvieron de acuerdo con la idea y rápidamente buscaron a algún adulto confiable para pedir ayuda. Finalmente encontraron al guardaparques del parque y le explicaron lo que había sucedido.

El guardaparques escuchó atentamente a las niñas y decidió acompañarlas hasta el tobogán para verificar la situación. Al llegar allí, vio que efectivamente había una serpiente en el tobogán, pero era una serpiente inofensiva y no representaba ningún peligro.

- No se preocupen, chicas. Esta serpiente es completamente inofensiva. Solo está buscando un lugar tranquilo para descansar -les explicó tranquilamente el guardaparques.

Las niñas se miraron entre sí, sintiéndose un poco avergonzadas por su reacción exagerada ante la presencia de la serpiente. - Lo siento mucho por habernos asustado tanto -dijo Lara con timidez. - No te preocupes, todos tenemos miedos a veces -respondió amablemente el guardaparques-. Pero recuerden que es importante informarse sobre los animales antes de asustarnos innecesariamente.

Muchas veces nuestros miedos son infundados. Las chicas asintieron y agradecieron al guardaparques por su ayuda. Aprendieron una valiosa lección ese día: no dejarse llevar por el miedo sin antes conocer la situación adecuadamente.

Decidieron seguir adelante con su tarde de juegos en el parque, prometiéndose a sí mismas enfrentar sus temores con valentía y siempre buscar ayuda cuando lo necesitaran.

Desde aquel día, Delfina, Lara, Rena y Berni se convirtieron en unas verdaderas expertas en animales del parque. Siempre estaban dispuestas a aprender más sobre ellos y compartían sus conocimientos con otros niños para evitar malentendidos o situaciones innecesarias de miedo.

Y así continuaron disfrutando de muchas aventuras juntas en el parque, sabiendo que podían superar cualquier obstáculo si permanecían unidas y enfrentaban sus miedos con valentía.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!