Las valientes patitas de Villa Patitas
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Patitas, dos patitas muy especiales: Mayte y Karla. Mayte era la más inteligente de las dos, siempre ideando travesuras y aventuras para ellas.
Karla, por otro lado, era más tranquila y siempre seguía a su hermana menor con curiosidad. Una mañana soleada, Mayte se despertó con una gran idea en mente. "¡Karla! ¡Despierta, hoy vamos a tener la mejor aventura de todas!"- exclamó emocionada.
Karla bostezó y asintió con una sonrisa, sabiendo que cualquier plan de Mayte prometía diversión. Las dos patitas salieron de su casa rumbo al bosque cercano.
En el camino se encontraron con el señor Búho Sabio, quien les advirtió sobre los peligros del bosque y les recomendó ser cuidadosas. Pero Mayte, confiada en su astucia e inteligencia, no le hizo caso y siguió adelante junto a Karla.
Mientras caminaban entre los árboles, escucharon un ruido extraño proveniente de un arbusto cercano. Mayte decidió investigar y descubrieron a un pajarito atrapado entre las ramas. Con rapidez y destreza, Mayte logró liberar al pajarito que les agradeció con alegría antes de volar libre hacia el cielo.
Karla miraba orgullosa a su hermana menor. "¡Eso estuvo increíble! Eres realmente inteligente"- dijo admirada. Mayte sonrió satisfecha pero sabía que la aventura aún no terminaba. Continuaron adentrándose en el bosque hasta llegar a un puente custodiado por un troll malhumorado.
El troll no dejaba pasar a nadie sin contestar tres acertijos difíciles. Mayte aceptó el desafío sin dudarlo y con astucia respondió correctamente cada acertijo sorprendiendo al troll que finalmente les permitió cruzar el puente.
Al otro lado del puente se encontraba un tesoro brillante resplandeciendo bajo la luz del sol. Las patitas lo miraron maravilladas pero antes de poder acercarse, apareció una serpiente gigante bloqueando su camino hacia el tesoro.
Mayte recordó las palabras del señor Búho Sabio sobre ser cuidadosas y decidió usar su inteligencia en lugar de enfrentar directamente a la serpiente. Ideó un plan para distraerla mientras Karla tomaba sigilosamente el tesoro y escapaban corriendo velozmente fuera del alcance de la serpiente.
Una vez fuera del bosque con el tesoro asegurado entre sus patitas, Mayte abrazó a Karla emocionada. "¡Lo logramos gracias a tu valentía y mi inteligencia! Juntas somos imparables".
Desde ese día, Mayte aprendió que aunque la inteligencia es importante, también lo es escuchar consejos sabios y trabajar en equipo para superar cualquier desafío. Y así las dos patitas regresaron a casa listas para más aventuras juntas en Villa Patitas.
FIN.