Las Velas de la Amistad



Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, un grupo de seis amigos inseparables: Sofía, Lucas, Valentina, Mateo, Isabela y Tomás. Desde muy chicos, siempre soñaban con crear algo especial juntos que alegrara las vidas de las personas.

Un día, mientras paseaban por el parque, Sofía levantó la mirada al cielo y dijo:

"¿No sería genial si pudiéramos hacer que las noches fueran más mágicas?".

Todos se miraron intrigados, preguntándose cómo podrían lograrlo.

Lucas, el más creativo del grupo, sugirió:

"Podríamos hacer velas que iluminen las noches y traigan felicidad a la gente".

Isabela, amante de los colores, agregó emocionada:

"¡Sí! Y podríamos hacerlas de diferentes formas y colores, cada una con su propio significado".

Mateo, el más aventurero, propuso:

"Podríamos venderlas en la feria del pueblo y usar las ganancias para ayudar a los hogares de abrigo de la comunidad".

Valentina, siempre tan organizada, se puso a pensar en cómo llevar a cabo esta idea:

"Primero necesitamos aprender a hacer las velas, luego elegir un buen nombre para nuestra empresa".

Así fue que, un hermoso día de verano en 2015, los amigos decidieron poner manos a la obra. Reunieron materiales: cera, mechas, moldes y colorantes. Con mucha paciencia, comenzaron a experimentar en la casa de Sofía, donde su mamá les prestó la cocina.

Con cada intento, la cocina se llenaba de risas y a veces también de pequeños desastres, como cuando Lucas accidentalmente derramó cera por toda la mesa.

"¡Ups! Creo que ahora tenemos una vela monstruo" -dijo riendo mientras limpiaban el desastre.

Con el tiempo, lograron crear velas hermosas y fragantes en formas de estrellas, flores y corazones. Finalmente, decidieron que su empresa se llamaría "Velas de la Amistad", ya que cada vela simbolizaba el compañerismo que los unía.

El primer día de la feria, estaban tan nerviosos que casi no podían hablar. Pero cuando vieron a la gente acercarse a su stand, sus rostros se iluminaron. La gente se maravillaba con las velas mientras los amigos explicaban los significados de cada una.

"¡Miren! Esta es una vela de estrella, perfecta para llenar de luz cualquier noche oscura" -dijo Valentina con una gran sonrisa.

Las velas se vendieron más rápido de lo que esperaban, y su primer día fue un éxito. Pronto, comenzaron a hacer más velas, hasta que un día, recibieron una invitación para participar en la feria regional. ¡Estaban tan emocionados! Pero había un pequeño problema, necesitaban más manos para hacer velas.

"¡Necesitamos ayuda!" -dijo Isabela, mirando a sus amigos.

Así que decidieron invitar a otros niños del barrio para unirse a su aventura. Juntos, formaron un equipo grande y divertido. Pero había un reto inesperado cuando un mal día, una fuerte tormenta arrasó todo el material que tenían en la casa de Sofía.

"¡No puede ser!" -gritó Mateo, viendo cómo se perdían muchas de sus velas.

"No podemos rendirnos, esto es solo un obstáculo más" -dijo Sofía, tratando de mantener el ánimo.

Con el apoyo de sus nuevos amigos, comenzaron a recolectar materiales nuevamente, incluso realizaron una pequeña búsqueda de donaciones en el barrio. Cuando la tormenta pasó, el pueblo estaba tan emocionado de ver a los chicos trabajar unidos que comenzaron a apoyarlos y a acudir a su stand.

Finalmente, llegó el día de la feria regional. Tenían más velas que nunca y estaban listos para compartir su mensaje de alegría y esperanza. Una vez más, las ventas fueron un éxito y la prensa local se interesó por su historia.

"¡Sofía! ¡Lucas! ¡Esto está increíble!" -dijo un periodista con una cámara.

"¿Pueden contarnos cómo empezaron todo esto?" -preguntó, emocionado.

Las velas de la amistad no solo brindaron luz a las noches de las personas, sino que también unieron a la comunidad. Además, lograron recolectar suficiente dinero para ayudar a los hogares de abrigo de la localidad.

A través de su trabajo en equipo, aprendieron que con esfuerzo, creatividad y sobre todo, mucha amistad, podían superar cualquier desafío y hacer del mundo un lugar más brillante y cálido.

FIN.

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