Las Vocales de la Aventura
Era un día soleado en el aula de jardín del barrio Rosales. Miss Grisell, una maestra llena de energía y alegría, decidió que era el momento perfecto para enseñar las vocales a sus adoradas alumnas, Odalis y Mikaela.
-Muchachas, hoy vamos a aprender algo muy emocionante: ¡las vocales! -anunció Miss Grisell con una gran sonrisa.
-¿Y eso qué es, Miss Grisell? -preguntó Odalis, con una mirada curiosa.
-Las vocales son como un grupito especial de letras que nos ayudan a formar palabras. ¡Y un secreto! Sin ellas, no podríamos hablar ni contar historias -explicó Miss Grisell.
Mikaela levantó la mano ansiosamente.
-¿Qué letras son esas, Miss? -quiso saber.
-Las vocales son: A, E, I, O, U -respondió Miss Grisell, dibujando cada letra en la pizarra.
Las nenas miraron las letras con asombro.
-Pero, ¿cómo sonamos esas letras? -preguntó Mikaela, intrigada.
-Buenísimo, empecemos a cantar y jugar. Pido que cada vez que digamos una letra, hagamos un movimiento divertido -dijo Miss Grisell, emocionada.
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Cuando dijeron —"A" , Odalis saltó como un canguro.
-¡Aaa! -gritó alegra.
-¡Bravo, Odalis! Ahora, ¡vamos con la E! -dijo Miss Grisell.
Mikaela hizo una pirueta y gritó:
-¡Eee!
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Las risas y movimientos continuaron con cada vocal, creando un ambiente de pura diversión y aprendizaje.
-Miss Grisell, ¿y qué pasa si juntamos las vocales con consonantes? -preguntó Odalis.
-Oooooh, eso es una gran pregunta. ¡Vamos a averiguarlo! -dijo Miss Grisell.
Entonces, las tres comenzaron a crear palabras como "mamá", —"mesa" y —"casa" , saltando y girando con cada una de ellas. Pero, de repente, sintieron que un suave viento soplaba por la ventana.
-Mis chicas, miren, ¿se dieron cuenta de que un globo volador ha llegado a nuestra clase? -dijo Miss Grisell mirando hacia el cielo.
-Y, ¡es azul! -exclamó Mikaela, señalando entretenida.
El globo, que llevaba un cartel que decía "¡Atrapa las Vocales!", empezó a aterrizar en el patio del jardín.
-Muchachas, ¿quieren ayudarnos a atrapar las vocales en el globo? -preguntó Miss Grisell emocionada.
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Las nenas, llenas de energía, corrieron hacia el patio y ¡se dieron cuenta de que había letras de papel volando por doquier!
-¡Aaaa! -gritaba Odalis mientras saltaba para atrapar las letras.
-¡Yo tengo la E! -gritaba Mikaela mientras corría.
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Después de varios saltos y risas, lograron atrapar todas las vocales que se habían escapado.
-Cada una de ustedes tiene que decir una palabra que contenga la vocal que atraparon -les dijo Miss Grisell.
-Odalis, empieza tú.
-¡Aaaa! Yo tengo la A, y digo: ¡Ananá! -exclamó, mostrando su letra orgullosa.
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-¡Felicidades! -dijo Miss Grisell mientras las aplausos llenaban el aire.
-Mikaela, ¡es tu turno!
-¡Eee! ¡Elefante! -respondió ella, moviendo sus brazos como un gran paquidermo.
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Cuando ya habían dicho todas sus palabras, Miss Grisell las sorprendió con una pequeña fiesta de las vocales.
-Si adivinan el nombre de cada una de las vocales, ¡tendremos un festín de colores! -dijo Miss Grisell.
-¡Genial! -gritaron las nenas.
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Así fue como Odalis y Mikaela, junto a Miss Grisell, se embarcaron en una aventura llena de letras, risas y aprendizaje. Al final del día, las nenas no solo habían aprendido las vocales, sino que se habían divertido, atrapando letras y creando palabras.
-Miss Grisell, ¡fue el mejor día de clases! -dijo Odalis mientras sentaban en la alfombra.
-Más que vocales, ¡armaos palabras! -replicó Mikaela.
-Debían saber, chicas, que las vocales son la clave del lenguaje. ¡Nunca dejen de jugar y aprender! -dijo Miss Grisell con una gran sonrisa.
Y así, el aula del jardín se llenó de sonidos, colores y la promesa de que cada aventura relacionada con el aprendizaje sería única. Desde ese día, Odalis y Mikaela aprendieron que las vocales eran más que letras: eran una puerta al mundo de la imaginación.
Y colorín colorado, ¡la aventura de las vocales ha terminado!
FIN.