Las vocales valientes


Había una vez un niño llamado Damián que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Damián era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras. Un día, mientras jugaba en el bosque, escuchó un llanto desesperado.

Curioso como siempre, se acercó al sonido y encontró a las cinco vocales: A, E, I, O y U. Estaban todas muy tristes y desconsoladas. Damián se acercó a ellas y les preguntó qué les pasaba.

"¡Oh, Damián!", dijo la vocal A con voz temblorosa. "Estamos en peligro de desaparecer". Damián no podía creerlo. ¿Cómo podían las vocales estar en peligro? Les pidió que le explicaran lo que estaba ocurriendo.

La vocal E tomó la palabra: "Verás, Damián, estamos siendo atacadas por el malvado Consonante Maléfico". Damián frunció el ceño y preguntó: "¿Consonante Maléfico? ¿Quién es ese?"La vocal I respondió: "Es una criatura maligna que odia las vocales y quiere eliminarlas del mundo para siempre".

El valiente niño decidió ayudar a las vocales a enfrentarse al Consonante Maléfico. Juntos idearon un plan para salvarse. Primero fueron en busca de la vocal A al río cercano.

Allí había sido capturada por el Consonante Maléfico quien intentaba ahogarla con agua helada para hacerla perder su sonido característico. Damián se acercó y le dijo a la vocal A: "No te preocupes, A. Estoy aquí para salvarte".

Rápidamente, Damián tomó un palo largo y comenzó a golpear al Consonante Maléfico hasta que soltara a la vocal A. Juntos huyeron hacia el siguiente desafío. El siguiente objetivo era rescatar a la vocal E, quien estaba atrapada en una cueva oscura llena de murciélagos.

Damián se adentró valientemente en la cueva y enfrentó sus miedos para liberarla. —"E" , dijo Damián con determinación, "no temas, estoy aquí para sacarte de este lugar oscuro".

Con su linterna en mano, Damián iluminó el camino mientras espantaba a los murciélagos asustadizos. Finalmente logró encontrar a la vocal E y juntos salieron triunfantes de la cueva.

El próximo desafío fue encontrar a la vocal I, quién había sido secuestrada por el Consonante Maléfico y encerrada en una torre alta sin puertas ni ventanas. Damián no se rindió fácilmente. Escalando con agilidad por las paredes de la torre, llegó hasta donde estaba prisionera la vocal I. —"I" , exclamó Damián emocionado al verla, "¡estás a salvo ahora!".

Juntos descendieron cuidadosamente por las paredes de la torre hasta llegar al suelo sano y salvo. Después de tres victorias consecutivas sobre el Consonante Maléfico, solo faltaban dos vocales por salvar: O y U.

El siguiente desafío era encontrar a la vocal O, quien había sido escondida en un laberinto lleno de trampas mortales. Damián siguió su intuición y logró sortear cada obstáculo hasta llegar al centro del laberinto, donde la vocal O estaba atrapada.

"O" , dijo Damián con una sonrisa triunfante, "¡ya estás libre!". Juntos salieron del laberinto y se prepararon para el último desafío: rescatar a la vocal U de las garras del Consonante Maléfico. Damián encontró al Consonante Maléfico en la cima de una montaña alta.

Se acercó valientemente y enfrentó al malvado ser cara a cara. "Consonante Maléfico", dijo Damián con determinación, "has subestimado el poder de las vocales".

Con un movimiento rápido, Damián liberó a la vocal U y juntos huyeron lejos del malvado ser que los perseguía furioso. Una vez seguros, todas las vocales se abrazaron emocionadas y agradecieron a Damián por salvarlas una por una.

El niño sonrió orgulloso y les recordó lo importante que eran para formar palabras hermosas y comunicarse entre sí. Desde ese día, las vocales vivieron felices en el pueblo junto a Damián. Y cada vez que alguien pronunciaba una palabra con ellas presentes, recordaban cómo habían sido salvadas por un niño valiente llamado Damián.

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