Laura ra y el poder del perdón



Había una vez en el barrio de Villa Esperanza una niña llamada Laura ra, que adoraba jugar con agua imaginando que volaba por el cielo como una gota de lluvia.

Un día, mientras jugaba con su hermanito Tito, Laura ra accidentalmente mojó a dos policías que estaban patrullando la zona. Los policías, enfadados, la detuvieron y la llevaron a la comisaría. Laura ra estaba muy asustada, pero sabía que debía contar la verdad y pedir disculpas.

Al llegar a la comisaría, el oficial Pérez le preguntó qué sucedió. -Perdón, fue un accidente, no quise mojarlos -dijo Laura ra con voz temblorosa. Los policías se miraron entre sí y vieron la honestidad en los ojos de la niña.

El oficial Pérez decidió que Laura ra merecía una oportunidad para enmendar su error. Le explicó la importancia de ser cuidadosos y respetuosos con los demás, y le pidió que se disculpara con los policías.

Laura ra, con valentía, se disculpó y les prometió que sería más cuidadosa en el futuro. Los policías aceptaron sus disculpas y la dejaron ir con una advertencia.

Desde ese día, Laura ra aprendió que todos cometemos errores, pero lo más importante es ser honestos, pedir perdón y aprender de las experiencias. También entendió que el perdón tiene el poder de cambiar las cosas y que siempre se puede rectificar.

Laura ra se convirtió en una niña más responsable y cuidadosa, y nunca olvidó la lección que aprendió en la comisaría.

FIN.

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