Lautaro y el pajarito valiente
Había una vez un niño llamado Lautaro, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de árboles y flores. Lautaro estaba emocionado porque por fin iba a comenzar el jardín de infantes.
Estaba ansioso por conocer nuevos amigos y aprender muchas cosas nuevas. El primer día de clases, Lautaro llegó al jardín con su mochila llena de útiles escolares y una sonrisa radiante en su rostro.
Al entrar al aula, vio a muchos niños corriendo y jugando, algunos llorando y otros riendo. Se acercó tímidamente a la maestra y le dijo:- Buen día, soy Lautaro. La maestra, una mujer amable con anteojos redondos y cabello rizado, le dio la bienvenida con un abrazo cálido.
- ¡Hola Lautaro! Soy la señorita Ana. ¡Bienvenido al jardín! Lautaro se sintió contento al ver lo amable que era la señorita Ana. Pronto se animó a jugar con los demás niños en el patio del jardín.
Descubrió que le encantaba dibujar y construir castillos de bloques con sus nuevos amigos. Los días pasaron volando en el jardín de infantes.
Lautaro aprendió las vocales cantando canciones pegajosas, contó cuentos fantásticos durante la hora del cuento y plantó semillas en el huerto escolar. Cada día era una aventura nueva llena de descubrimientos y diversión. Un día, mientras jugaban en el patio del jardín, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque cercano.
Todos los niños se asustaron, pero Lautaro decidió investigar qué era ese misterioso sonido. - Vamos chicos, no tengan miedo. Yo iré a ver qué pasa -dijo valientemente Lautaro. Los demás niños lo miraron sorprendidos por su valentía e decidieron seguirlo hacia el bosque.
Entre risas nerviosas y gritos emocionados, se adentraron en el espeso bosque siguiendo el sonido hasta encontrar a un pajarito atrapado entre las ramas de un árbol. Lautaro sin dudarlo trepó por el árbol hasta llegar donde estaba el pajarito atrapado.
- Tranquilo amigo pájaro, ya te sacaremos de ahí -le dijo con voz suave mientras lo liberaba con cuidado. El pajarito revoloteó felizmente alrededor de los niños antes de emprender vuelo hacia lo alto del cielo azul.
Los niños celebraron emocionados haber salvado al pajarito gracias a la valentía de Lautaro. De regreso al jardín, la señorita Ana los esperaba preocupada pero al verlos llegar sanos y salvos respiró aliviada. - ¿Qué pasó chicos? -preguntó la maestra intrigada.
- ¡Salvamos a un pajarito atrapado en el bosque! -exclamaron los niños emocionados mostrándole cómo habían sido héroes gracias a la valentía de Lautaro. La señorita Ana sonrió orgullosa mientras les daba las gracias por haber ayudado a una criatura indefensa.
Esa tarde todos compartieron galletitas caseras para celebrar su valentía y solidaridad como verdaderos amigos inseparables del jardín.
Y así fue como Lautaro descubrió que incluso siendo pequeño podía hacer grandes cosas si actuaba con valentía y solidaridad junto a sus amigos del corazón. Fin
FIN.