Leandro aprende a escuchar



Había una vez un joven llamado Leandro, quien trabajaba en la Defensoría. Su trabajo era atender a personas en situación de calle y ayudarles a resolver sus problemas legales.

Sin embargo, Leandro tenía un problema: se ponía muy nervioso cuando las personas hablaban con un lenguaje vulgar. Un día, mientras atendía a un hombre que le pedía ayuda para conseguir documentos, el hombre empezó a hablar con palabras que Leandro consideraba ofensivas.

En lugar de mantener la calma, Leandro se enojó y comenzó a pelearse con él. Al final, terminó sacándole el dinero que le había dado para pagar los trámites.

Al darse cuenta del error que había cometido, Leandro decidió buscar una solución para su problema de ira y frustración. Buscó ayuda profesional y comenzó a asistir a terapia para aprender técnicas de control emocional. Con el tiempo, Leandro aprendió a respirar profundamente cuando sentía que estaba perdiendo el control.

También aprendió a escuchar sin juzgar lo que decían las personas y entender que cada uno tiene una historia diferente detrás de su forma de hablar.

Leandro siguió trabajando en la Defensoría pero ahora podía ayudar mejor a las personas porque se había convertido en alguien más comprensivo y tolerante. Incluso llegó a hacer amistad con algunos de los indigentes que antes le resultaban difíciles de tratar.

La moraleja de esta historia es que todos tenemos cosas por mejorar y siempre podemos buscar ayuda si necesitamos cambiar algo en nosotros mismos. Además, debemos aprender a escuchar sin prejuicios para poder entender mejor las situaciones y ayudar mejor al prójimo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!