Lección de Sabiduría en Villa Alegre
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, una niña traviesa y rebelde llamada Malu. Malu siempre estaba metiéndose en problemas y desafiando a sus mayores.
No escuchaba las órdenes de sus padres ni respetaba a sus abuelos. Un día, mientras jugaba en el parque, Malu vio a su abuela caminando hacia ella con una expresión seria en el rostro.
La abuela se acercó a Malu y le dijo con voz firme:"Malu, es hora de irnos a casa. Ya es tarde y debes hacer tus deberes". Pero Malu solo rodó los ojos y respondió con insolencia:"¡No quiero irme! ¡Quiero seguir jugando!"La abuela suspiró frustrada, pero decidió darle otra oportunidad a Malu.
Sin embargo, la niña aprovechó para escaparse corriendo por el parque, ignorando por completo las indicaciones de su abuela. Al ver esto, la abuela decidió pedir ayuda al sabio anciano del pueblo, Don Manuel.
Don Manuel era conocido por su paciencia y sabiduría, así que la abuela confiaba en que podría ayudar a enderezar el camino de Malu.
Don Manuel aceptó hablar con Malu y le contó una historia sobre un pájaro travieso que desobedecía a su madre constantemente. El pájaro se negaba a aprender las lecciones importantes que su madre intentaba enseñarle y siempre buscaba problemas. Malu escuchaba atentamente la historia de Don Manuel e incluso llegó a sentirse identificada con el pájaro travieso.
Al finalizar la historia, Don Manuel le dijo con calma:"Malu, cada uno tiene la oportunidad de elegir entre ser como ese pájaro desobediente o aprender de sus errores y ser mejor cada día.
Tus mayores te quieren enseñar cosas importantes para tu vida". Malu reflexionó sobre las palabras del anciano y finalmente comprendió que sus acciones estaban afectando no solo a ella misma sino también a quienes la rodeaban.
Decidió disculparse con su abuela y prometió esforzarse por ser más obediente y respetuosa. Desde ese día, Malu comenzó a cambiar su actitud. Escuchaba más atentamente las palabras de sus padres y abuelos, aprendiendo valiosas lecciones que la ayudaron a crecer como persona.
Con el tiempo, Malú se convirtió en un ejemplo para los demás niños del pueblo al demostrar que siempre hay oportunidad para rectificar nuestros errores y mejorar como personas.
Y colorín colorado este cuento ha terminado pero recuerda: ¡siempre es importante respetar y escuchar a nuestros mayores!
FIN.