lecciones de bondad



Había una vez en Buenos Aires, un niño llamado Valentino Francisco. Valentino era un gran fanático de Boca Juniors, el famoso equipo de fútbol argentino.

Todos los días iba a la escuela con su camiseta azul y amarilla puesta, y soñaba con algún día jugar en ese equipo tan querido por él. Un día, mientras caminaba de regreso a casa después de la escuela, Valentino vio a un grupo de perros callejeros que parecían perdidos y hambrientos.

Sin dudarlo, se acercó a ellos y les ofreció algo de comida que llevaba en su mochila. Los perros devoraron la comida rápidamente y comenzaron a seguir a Valentino por todas partes.

Al principio, Valentino no sabía qué hacer con tantos perros siguiéndolo. Pero luego recordó algo que le había dicho su abuelo una vez: "El verdadero valor de una persona se mide por cómo trata a los animales".

Así que decidió llevarlos a casa y cuidar de ellos lo mejor que pudiera. Los días pasaron y Valentino se encariñó mucho con los perros.

Les construyó refugios cálidos para dormir, les dio agua fresca y comida todos los días, e incluso jugaba al fútbol con ellos en el jardín trasero. Los perros se convirtieron en sus fieles compañeros y juntos formaron un equipo imbatible.

Un día, mientras jugaban en el parque cercano, Valentino vio a unos chicos mayores burlándose de un perro callejero que pasaba por allí. Sin dudarlo ni un segundo, Valentino se acercó y les dijo: "¡Dejen en paz a mi amigo! Todos merecen respeto, sin importar si tienen o no un hogar".

Los chicos mayores se sorprendieron por la valentía de Valentino y decidieron disculparse. Desde ese día, empezaron a ayudar a alimentar y cuidar también a los perros callejeros del barrio.

Valentino aprendió una gran lección: no importa quién seas o de dónde vengas; lo importante es cómo tratas a los demás seres vivos. Y así fue como este pequeño fanático de Boca Juniors demostró tener el corazón más grande que cualquier estadio lleno de hinchas apasionados.

Desde entonces, cada vez que iba al estadio para ver jugar a su amado Boca Juniors, llevaba consigo una bandera que decía: "Valentino Francisco: defensor de los más indefensos". Y todos aplaudían no solo por su amor al equipo sino también por su bondad hacia aquellos que más lo necesitaban.

Y colorín colorado, este cuento ha terminado. Que la historia te inspirey tu corazón ilumine.

FIN.

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