Lecciones de Deportividad


Ángela estaba emocionada de estar en el estadio, viendo a sus dos ídolos enfrentarse en la final del Mundial.

A su lado, su tío Rubén no dejaba de animar a la selección argentina, mientras que Carmen Delia, la árbitro del partido, observaba con atención desde el centro del campo. El partido estaba reñido y ambos equipos se esforzaban al máximo por llevarse la victoria.

Messi y Ronaldo brillaban en el terreno de juego, demostrando por qué eran considerados dos de los mejores futbolistas del mundo. - ¡Vamos Argentina! ¡Hay que mantener la ventaja! -gritaba Rubén emocionado cada vez que su equipo se acercaba al área rival.

- ¡Vamos Portugal! ¡Tienen que empatar para llevar esto a los penales! -exclamaba Carmen Delia con entusiasmo, aunque sabía que debía ser imparcial en su labor como árbitro. El tiempo pasaba y el marcador seguía 1-0 a favor de Argentina.

Ángela miraba con nerviosismo cada jugada, sin poder contener la emoción de ver a sus ídolos en acción. De repente, en los últimos minutos del partido, Portugal tuvo una oportunidad clara de gol.

- ¡Gol! ¡Gol de Portugal! -gritó Carmen Delia al ver cómo el balón entraba en la portería argentina. El estadio estalló en júbilo ante el empate conseguido por Portugal. Ángela sintió un nudo en la garganta al darse cuenta de que ahora todo se definiría en los tiros desde el punto penal.

La tensión era palpable mientras los jugadores se preparaban para definir al campeón desde los once metros. Rubén seguía animando a Argentina con todas sus fuerzas, mientras Carmen Delia mantenía la calma para tomar las decisiones correctas como árbitro.

Los penales fueron emocionantes y llenos de suspense. Finalmente, fue Cristiano Ronaldo quien convirtió el último penal para darle la victoria a Portugal. El estadio estalló en aplausos y celebraciones por un final tan emocionante.

Ángela sintió una mezcla de alegría por ver ganar a su otro ídolo y tristeza por la derrota de Argentina. Sin embargo, aprendió una valiosa lección sobre deportividad y respeto hacia todos los equipos participantes.

Al salir del estadio junto a su tío Rubén y Carmen Delia, Ángela comprendió que lo importante no era solo ganar o perder, sino disfrutar del fútbol y valorar el esfuerzo y dedicación de todos los jugadores involucrados. Y así terminó un día inolvidable para esta pequeña fanática del fútbol.

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