Lecciones de Lola en el Bosque Encantado


Había una vez en un bosque encantado, una mamá osa llamada Lola que tenía tres ositos traviesos: Tomás, Sofía y Mateo.

A pesar de ser muy cariñosa con sus hijos, Lola siempre les recordaba la importancia de ser responsables, honestos y tolerantes. Un día, mientras los ositos jugaban cerca del arroyo, Tomás decidió construir un puente de ramas para cruzarlo más fácilmente. "- ¡Miren lo que estoy haciendo! Ahora podremos pasar sin mojarnos los pies!", exclamó emocionado.

Sin embargo, Sofía le advirtió: "-Tomás, no creo que sea seguro usar esas ramas tan delgadas". Pero Tomás no escuchó a su hermana y continuó construyendo el puente. Cuando terminó, invitó a Sofía y Mateo a probarlo.

Al intentar cruzar, las ramas se rompieron y los tres ositos cayeron al agua fría y turbulenta. Por suerte, Lola llegó justo a tiempo para rescatarlos.

"-¿Qué les pasó? ¿Por qué no me hicieron caso?", preguntó Lola preocupada mientras secaba a sus hijos. Los ositos se miraron entre sí avergonzados y finalmente Tomás admitió: "-Fue mi culpa mamá. No fui responsable ni honesto al ignorar las advertencias de Sofía".

Lola les explicó lo importante que era ser responsables con sus acciones y escuchar las opiniones de los demás con tolerancia. Les recordó que la honestidad era fundamental para mantener la confianza en la familia.

Desde ese día, los tres ositos aprendieron la lección y juntos construyeron un puente sólido y seguro sobre el arroyo. Trabajaron en equipo, siendo responsables en cada paso del proceso y respetando las ideas de cada uno.

La mamá Lola observaba orgullosa cómo sus hijos aplicaban los valores aprendidos en su vida diaria. Y así, en el día de las madres, recibió el mejor regalo que podía esperar: ver crecer a sus pequeños ositos como personas responsables, honestas y tolerantes.

Y colorín colorado este cuento corto sobre la importancia de los valores ha terminado ¡Feliz día de las madres!

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