Lecciones de responsabilidad y amabilidad



Había una vez en un hermoso bosque, un grupo de animales muy traviesos y desobedientes. Entre ellos se encontraban el conejo saltarín, la ardilla curiosa, el pájaro parlanchín y el zorro astuto.

Un día, cansados de los problemas que causaban con su mal comportamiento, decidieron buscar a alguien que les enseñara a ser mejores y más responsables. Después de buscar por todo el bosque, los animales encontraron a Don León, un león sabio y respetado por todos.

Se acercaron tímidamente hacia él y le pidieron ayuda para mejorar su comportamiento. Don León sonrió amablemente y aceptó ayudarlos. Les explicó que para cambiar su actitud debían aprender a trabajar en equipo y ser amables con los demás.

El primer desafío fue aprender a compartir. Don León les mostró cómo podían hacerlo utilizando una cuerda larga para jugar al tira y afloja.

Cada animal agarraba un extremo de la cuerda y juntos tiraban de ella en diferentes direcciones. "¡Vamos chicos! ¡Tiren fuerte!"- exclamó Don León. Los animales se esforzaron por trabajar juntos. A medida que tiraban de la cuerda, comenzaron a darse cuenta de lo divertido que era cooperar en lugar de competir entre ellos.

El siguiente desafío consistió en controlar sus impulsos. Para ello, Don León les propuso jugar al escondite pero con una regla especial: tenían que contar hasta diez antes de salir corriendo a buscar al otro animalito escondido.

La ardilla curiosa fue la primera en contar:"Uno, dos, tres... ¡Diez! Allá voy!"- gritó emocionada. Sin embargo, cuando llegó al lugar donde creía que estaba escondido el conejo saltarín, se encontró con una sorpresa.

El conejo había cambiado de lugar en el último segundo y la ardilla tuvo que buscarlo nuevamente. Este juego les enseñó a pensar antes de actuar y a ser más pacientes. Aprendieron que si esperaban un poco más, podían tomar mejores decisiones.

El último desafío fue aprender a escuchar y respetar las ideas de los demás. Don León organizó una asamblea donde cada animalito podía expresar sus opiniones sobre cómo mejorar su comportamiento.

El pájaro parlanchín fue el primero en hablar:"Yo creo que deberíamos prestar atención cuando los demás están hablando y no interrumpirlos"- dijo con entusiasmo. Uno por uno, los animales compartieron sus ideas y todos estuvieron de acuerdo en ponerlas en práctica.

Sabían que trabajar juntos era la clave para convertirse en animales responsables y amigables. A lo largo del tiempo, los animales fueron poniendo en práctica todo lo aprendido. Compartían su comida, controlaban sus impulsos y escuchaban atentamente a los demás.

Se convirtieron en un equipo fuerte y solidario. Don León estaba orgulloso de ellos y les recordaba constantemente lo importantes que eran estas lecciones para vivir en armonía con los demás habitantes del bosque.

Y así fue como aquel grupo de animales traviesos se transformaron en ejemplos de buen comportamiento para todos los demás habitantes del bosque. Aprendieron que trabajar juntos, controlar sus impulsos y respetarse mutuamente era la mejor manera de vivir en paz y felicidad.

Desde aquel día, el bosque se llenó de risas, juegos y amistad gracias a los animales que decidieron cambiar su actitud y mejorar su comportamiento. Y así, todos vivieron felices para siempre.

FIN.

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