Lecciones del Valle


Mamá Pata estaba preocupada. Había buscado a Tito por todas partes, pero no lo encontraba.

Se acercó al caballo que pastaba cerca del río y le preguntó: - ¿Has visto a mi pequeño Tito por aquí? Se aventuró más allá del Valle y ahora no lo encuentro en ninguna parte. El caballo movió la cabeza de un lado a otro y relinchó suavemente. - Lo siento, Mamá Pata, no lo he visto por aquí.

Quizás el gallo pueda ayudarte. Mamá Pata asintió con gratitud y se dirigió hacia donde el gallo cantaba alegremente bajo la sombra de un árbol.

- ¡Gallo, Gallo! ¿Has visto a Tito por aquí? Se ha perdido después de cruzar el Valle -preguntó angustiada. El gallo dejó de cantar y miró a Mamá Pata con atención. - No te preocupes, Mamá Pata. Vi a Tito explorando cerca del pozo hace un rato.

Sígueme, te llevaré hasta él -dijo el gallo con amabilidad. Juntos caminaron hacia el pozo donde Tito había caído. Mamá Pata sintió alivio al ver que su pequeño patito estaba a salvo en el fondo del pozo, aunque asustado y sin poder salir.

- ¡Tito! ¡Estás bien! -exclamó Mamá Pata con alegría mientras lágrimas de felicidad brotaban de sus ojos. Tito levantó la vista y vio a su mamá junto al gallo que había venido en su rescate. - Lo siento, mamá...

No debí desobedecerte y cruzar el Valle -dijo Tito arrepentido. Mamá Pata sonrió amorosamente y respondió:- Lo importante es que estés seguro, querido Tito. A veces las reglas están para protegernos.

Pero lo más valioso es aprender de nuestros errores y crecer más fuertes cada día. Con la ayuda del gallo, lograron rescatar a Tito del pozo y regresaron juntos al hogar.

Desde ese día, Tito nunca volvió a desobedecer las advertencias de su mamá e aprendió la importancia de escuchar consejos sabios para evitar peligros innecesarios en sus travesuras por el hermoso valle.

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