Lecciones en la Cabaña
Había una vez un niño llamado Tomás, quien vivía en la ciudad. Un día, su familia decidió hacer un paseo al campo para disfrutar del aire fresco y la naturaleza.
Tomás estaba emocionado por salir de la rutina y explorar nuevos lugares. Cuando llegaron al campo, todos se bajaron del auto y comenzaron a caminar por los senderos. El papá de Tomás le advirtió: "Tomás, asegúrate de no alejarte demasiado de nosotros. Podrías perderte".
Tomás asintió con entusiasmo y prometió ser cuidadoso. Sin embargo, a medida que avanzaban en su caminata, el niño se dejó llevar por su curiosidad y comenzó a explorar por sí mismo.
Después de un rato, Tomás se dio cuenta de que estaba solo. Miró a su alrededor y no pudo reconocer ningún punto de referencia familiar. Empezó a sentir miedo y preocupación. "¡Papá! ¡Mamá!"- gritaba Tomás mientras corría sin rumbo fijo. Pero nadie respondía.
El sol comenzaba a ponerse y el bosque se volvía cada vez más oscuro. Tomás sabía que tenía que encontrar ayuda antes de que fuera demasiado tarde. Siguiendo sus instintos, decidió caminar hacia una pequeña luz que veía entre los árboles.
Llegó hasta una cabaña donde vivían dos hermanitos llamados Martín y Sofía. Los hermanitos lo recibieron amablemente e invitaron a Tomás a quedarse con ellos hasta que pudiera encontrar el camino de regreso con su familia.
En la cabaña, Martín y Sofía le contaron a Tomás sobre todas las cosas interesantes que habían aprendido viviendo en el campo. Le enseñaron cómo identificar diferentes plantas y animales, cómo construir una fogata segura y cómo orientarse utilizando los astros.
Tomás estaba fascinado por todo lo que había aprendido y agradeció sinceramente la ayuda de sus nuevos amigos. Aunque extrañaba a su familia, comenzó a disfrutar de su aventura en el campo.
Un día, mientras exploraban juntos, Martín encontró un mapa antiguo que mostraba la ubicación exacta de la casa de Tomás. Emocionados, decidieron seguirlo para llevarlo de regreso con su familia. Siguiendo las indicaciones del mapa, atravesaron ríos y montañas hasta llegar finalmente a un camino familiar.
Allí esperaban los padres de Tomás con lágrimas de alegría en los ojos. "¡Tomás! ¡Estábamos tan preocupados! ¿Dónde te habías metido?"- exclamó su mamá mientras lo abrazaba fuertemente.
Tomás les explicó emocionado sobre todas las cosas maravillosas que había aprendido gracias a Martín y Sofía. Sus padres miraron asombrados al ver cuánto había crecido su hijo durante esa experiencia. Desde ese día, Tomás siempre recordaría aquel momento en el campo como una gran aventura llena de aprendizajes.
Y aunque ya no se perdería nuevamente intencionalmente, siempre estaría abierto a nuevas experiencias que le permitieran descubrir más sobre sí mismo y el mundo que lo rodea.
FIN.