Lénina y el Rincón Verde



Era una hermosa mañana en Costa Rica, el sol iluminaba el cielo azul y los árboles danzaban al ritmo del viento. En una pequeña escuela en un pueblo lleno de vida, vivía Lénina, una niña con un corazón tan grande como su curiosidad. Desde temprana edad, sus padres le habían enseñado la importancia de cuidar a los demás y de trabajar juntos por el bienestar de todos.

Lénina tenía una idea brillante. Un día, durante el recreo, se acercó a sus compañeritos y compañeritas con una gran sonrisa.

"¡Hola, amigos! ¿Se han dado cuenta de cuánto puede cambiar nuestra escuela si nos unimos para cuidar el medio ambiente?"

Sus amigos, Sofía y Mateo, la miraron intrigados.

"¿Cómo?", preguntó Mateo, rascándose la cabeza.

"Podríamos crear un Rincón Verde en el patio, un lugar donde plantemos flores y cuidemos la naturaleza. Así, no solo tendremos un espacio bonito, sino que también aprenderemos sobre la importancia de cuidar nuestro planeta. ¿Qué les parece?"

Sofía saltó de alegría.

"¡Eso suena genial! Pero, ¿qué necesitamos para empezar?"

Lénina comenzó a hacer un plan en su cabeza.

"Primero, necesitamos pedir ayuda a nuestros profesores. Ellos pueden darnos algunos consejos y tal vez hasta materiales que puedan servirnos. Luego, podemos hacer un cartel para que todos en la escuela se enteren de nuestro proyecto. ¡Y así podemos invitar a todos a participar!"

Sus amigos asintieron emocionados, y ese mismo día después de clases, fueron a hablar con la profesora Ana, quien siempre les decía que los sueños se pueden hacer realidad si uno trabaja por ellos.

"Hola, profesora. Tenemos una idea y queremos saber si podríamos hacerla realidad", dijo Lénina, llena de entusiasmo.

"¿De qué se trata?", preguntó la profesora con una sonrisa.

"Queremos crear un Rincón Verde en el patio de la escuela. Un lugar para aprender sobre la naturaleza y cuidar de ella juntos!"

La profesora Ana sonrió aún más.

"¡Me parece una idea maravillosa! Haremos una reunión el viernes y así podemos invitara a todos los cursos. Piensen en el diseño y en cómo podemos hacer este rincón especial. ¡Estoy muy orgullosa de ustedes!"

Esa noche, Lénina no podía dormir de la emoción. Se imaginaba un rincón lleno de plantas, flores y mariposas. Pero también sabía que no todo sería fácil. Tendrían que convencer a más compañeritos y a veces, algunos no querían trabajar en equipo.

El viernes, durante la reunión, muchos niños mostraron interés, pero también había algunos escépticos, como Carlos.

"No creo que valga la pena. Al final, solo serán plantas y siempre se mueren".

Lénina decidió no rendirse y le habló directamente.

"Carlos, las plantas requieren cuidado, pero también nos enseñan sobre responsabilidad y trabajo en equipo. ¿Te gustaría aprender a cuidar de ellas?"

Carlos frunció el ceño, pero Lénina siguió.

"Además, imagina cómo se verá nuestro espacio. Podríamos hacer un mural con lo que aprendemos sobre las plantas, y hasta podría haber un espacio para hacer una pequeña feria donde vendamos nuestras plantas para recaudar fondos para la escuela. ¿Qué dices?"

Carlos se sintió intrigado.

"Podría ser divertido..."

Así, Lénina y sus amigos lograron que la mayoría de sus compañeros se unieran al proyecto. Con la ayuda de la profesora Ana, comenzaron a recaudar fondos y a buscar plantas.

Mientras los días pasaban, el Rincón Verde empezó a cobrar vida. Plantaron flores, hierbas y hasta un par de árboles frutales. Lénina se encargó de que todos aprendieran sobre las diferentes plantas y su importancia para el medio ambiente.

Un día, mientras estaba regando las plantas, Sofía le dijo:

"Lénina, ¿y si hacemos un cartel que invite a la comunidad a venir a nuestra Feria Verde? Quiero que todos sepan lo que hicimos!"

Lénina asintió entusiasmada.

"¡Es una excelente idea!"

Comenzaron a preparar la Feria Verde. A cada día que pasaba, más niños se unían al proyecto, y Carlos, que antes era escéptico, se convirtió en uno de los más entusiastas.

Finalmente llegó el día de la feria. Todos estaban emocionados, había música, juegos, y sobre todo, el Rincón Verde lucía hermoso. Los padres eran bienvenidos a conocer el trabajo que habían hecho.

"¡Mirad lo que logramos juntos!", exclamó Lénina al ver a la comunidad admirando su rincón.

Carlos, sonriendo, se acercó a Lénina.

"Nunca pensé que cuidando plantas podría ser tan divertido. Gracias por motivarnos, Lénina".

"No lo hice sola, lo hicimos todos juntos. ¡Así es como crecemos y aprendemos!" dijo Lénina, con orgullo.

La feria fue un éxito, lograron recaudar fondos para la escuela, pero lo más importante fue que habían logrado crear conciencia sobre el medio ambiente y la importancia de trabajar en equipo.

Lénina se dio cuenta de que todos, incluso aquellos que no estaban interesados al principio, habían aprendido algo valioso. Aprendieron que el bienestar de todos depende de nuestra acción conjunta, y que incluso un pequeño Rincón Verde puede hacer una gran diferencia.

FIN.

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