Leo y el miedo del bosque



En lo profundo de la selva, en un tranquilo claro rodeado de altos árboles y exuberante vegetación, vivía un león llamado Leo.

Leo era un león amable y bondadoso que siempre compartía su comida con los demás animales del bosque. Todos los días, a la misma hora, se sentaba frente a su presa recién cazada para disfrutar de su almuerzo. Un día, mientras Leo se disponía a comer sus alimentos, un fuerte sonido retumbó en toda la selva.

El ruido era tan estruendoso que todos los animales comenzaron a correr despavoridos en todas direcciones.

Los pájaros salieron volando asustados, los monos saltaban de rama en rama gritando de miedo y las cebras corrían velozmente por la pradera. Leo levantó la cabeza sorprendido por el caos que reinaba a su alrededor. "-¿Qué está pasando? ¡Todos corren como si hubiera peligro!", pensó preocupado.

Sin dudarlo, dejó su comida a un lado y decidió investigar qué estaba causando tanto temor entre sus amigos del bosque. Recorrió la selva con paso firme y valiente hasta llegar al corazón del tumulto.

Allí vio a todos los animales agolpados unos sobre otros, temblando de miedo y sin saber qué hacer. "-¡Tranquilos! ¿Qué está pasando aquí?", rugió Leo tratando de calmarlos. La jirafa Tartamuda tartamudeó nerviosa: "-¡F-fue u-un s-sonido muy f-fuerte q-que n-nunca h-habíamos o-oido antes!".

El mono Chispeante señaló hacia el cielo: "-¡F-fue c-cómo u-un t-trueno p-pero m-más g-grande!". Y la cebra Temblorosa agregó: "-¡T-todos s-salen c-corriendo p-porque t-tenemos m-miedo!". Leo escuchó atentamente las explicaciones de sus amigos y reflexionó unos segundos antes de tomar una decisión.

Sabía que debía actuar con sabiduría para ayudar a calmar el miedo que se había apoderado de todos. Con voz serena les dijo: "-Amigos queridos, entiendo que este sonido desconocido nos haya asustado, pero no podemos dejar que el miedo nos paralice.

Debemos permanecer unidos y enfrentar juntos cualquier desafío que se presente". Animado por las palabras del león valiente, cada animal fue recobrando la calma poco a poco.

Juntos decidieron investigar el origen del extraño sonido para descubrir si representaba algún peligro real para ellos. Caminaron en fila india por el sendero principal de la selva hasta llegar al pie de una gran montaña cubierta por densa vegetación.

Fue entonces cuando descubrieron que el estruendo provenía de una cascada gigantesca escondida entre las rocas. Todos quedaron maravillados ante aquel espectáculo natural tan imponente y hermoso. La jirafa Tartamuda exclamó emocionada: "-¡N-no e-era n-nada p-peligroso! ¡E-era l-la c-cascada más g-gigante q-que h-haya v-visto!".

El mono Chispeante brincaba feliz: "-¡Q-qué b-bonito s-sonido hace! ¡Parece música para bailar!". Y la cebra Temblorosa sonreía aliviada: "-V-valió l-la p-pena e-enfrentar n-nuestros t-temores j-juntos".

Desde ese día, Leo y sus amigos aprendieron que enfrentar los miedos unidos les hacía más fuertes como grupo y les permitía descubrir bellezas ocultas en lugares inesperados. Cada vez que escuchaban el estruendo de la cascada recordaban aquella aventura donde superaron el temor gracias a la valentía y solidaridad que los caracterizaba como verdaderos compañeros del bosque.

Y así, entre risas y abrazos fraternales, continuaron disfrutando juntos de las maravillas naturales que les regalaba cada día su hogar en medio de la selva salvaje pero llena también de amistad sincera y valentía infinita.

FIN.

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