Leo y la lección de autovaloración


Había una vez en la selva un león llamado Leo, que era muy valiente y amable, pero tenía un problemita: le faltaba una de sus patitas delanteras.

Esto hacía que caminara un poco más despacio que los demás animales y a veces tropezara. Un día, mientras Leo intentaba cazar algo para comer, pasó por el lugar donde estaban reunidos algunos animales de la selva.

Al verlo llegar, comenzaron a murmurar y a burlarse de él por su patita faltante. - ¡Miren al león cojo! ¡No puede ni correr como nosotros! - se reían los monos desde los árboles. Leo se sintió muy triste al escuchar las risas y los comentarios desagradables de los demás animales.

Se alejó lentamente sin decir nada, con la cabeza gacha y el corazón apesadumbrado. Pero en ese momento apareció Lila, una jirafa muy alta y sabia que había presenciado todo lo sucedido.

Se acercó a Leo con una sonrisa cálida y le dijo:- No prestes atención a esas malas palabras, Leo. Tú eres valiente y bondadoso, eso es lo que realmente importa. Leo levantó la mirada sorprendido por las palabras de Lila.

Nunca nadie antes le había dicho algo tan amable. - ¿En serio crees eso? - preguntó Leo tímidamente. - Claro que sí. Todos somos diferentes en esta selva, pero eso no nos hace menos especiales.

Tú tienes otras cualidades maravillosas que te hacen único - respondió Lila con ternura. Desde ese día, Leo decidió no dejarse afectar por las burlas de los demás animales. Comenzó a demostrarles con hechos su valentía ayudando a quienes lo necesitaban, siendo amable y generoso en todo momento.

Poco a poco, los demás animales empezaron a ver más allá de su patita faltante y descubrieron el verdadero valor de Leo como amigo y protector de la selva.

Ya no se burlaban ni lo discriminaban, sino que lo admiraban por su nobleza y coraje. Y así, Leo aprendió una gran lección: la verdadera belleza está en el interior de cada uno y no en cómo nos vean los demás por fuera.

Con el apoyo de sus amigos animales, Leo vivió feliz sabiendo que era amado tal como era, con o sin su patita faltante.

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