Leo y la verdadera fuerza interior



Había una vez un niño llamado Leo que era fanático de los dibujos animados. Su personaje favorito era Goku, el guerrero más fuerte del universo.

Leo observaba cada episodio con asombro y admiración, soñando con ser tan poderoso como su héroe. Quería ser como Goku ultra dios. Un día, mientras jugaba en el parque, Leo vio a unos niños mayores que él peleando y molestando a otro niño más pequeño.

Sin pensarlo dos veces, Leo corrió hacia ellos para defender al pequeño. "¡Dejen de molestarlo! ¡No es justo!"- gritó Leo valientemente. Los niños mayores se detuvieron sorprendidos por la valentía del niño y decidieron dejar tranquilos al pequeño.

Desde ese momento, Leo se dio cuenta de que no necesitaba tener súper poderes para ser un héroe. Un día, mientras caminaba por la calle, vio a una anciana tratando de cruzar la calle muy cargada con bolsas pesadas. Leo fue rápidamente a ayudarla.

"Permítame ayudarla señora"- dijo Leo amablemente mientras tomaba las bolsas pesadas de su mano. La anciana se mostró muy agradecida con el gesto del niño y le dio unas monedas como recompensa.

Pero eso no importaba para Leo ya que estaba contento sabiendo que había hecho algo bueno por alguien más.

Mientras tanto seguía viendo sus episodios favoritos de Dragon Ball Z e imaginándose como Goku salvando al mundo una y otra vez pero ahora sabía que también podía hacer cosas buenas en su vida cotidiana aunque fueran pequeñas. Un día, Leo escuchó a su maestra decir que la clase estaba recolectando juguetes para los niños enfermos del hospital. Leo decidió donar sus juguetes favoritos sin pensarlo dos veces.

La maestra y sus compañeros de clase se sintieron muy orgullosos de él y lo felicitaron por su noble acto.

Desde ese momento, Leo se dio cuenta de que hacer cosas buenas no sólo hacía feliz a las personas, sino también lo hacía sentir bien consigo mismo. Y así, aunque nunca llegó a ser como Goku ultra dios en el mundo ficticio, en la vida real sí logró ser un verdadero héroe.

Aprendió que los verdaderos superhéroes no necesitan tener poderes sobrenaturales para hacer el bien en el mundo.

FIN.

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