León y el poder de la ayuda
Había una vez un niño llamado León que tenía 4 años y le encantaban los superhéroes. Su habitación estaba llena de posters de Spider-Man y Hulk, y siempre llevaba puesta su capa roja para sentirse como un verdadero héroe.
León vivía con su mamá, quien era muy amorosa pero a veces se preocupaba porque el pequeño no siempre la obedecía.
Un día, mientras estaban jugando en el parque, mamá le dijo a León que era hora de irse a casa y él no quería dejar de jugar. -¡Mamá, quiero quedarme un poquito más! -le dijo León con carita triste. -Mi amor, ya es hora de irnos.
Prometí hacer tus galletas favoritas cuando lleguemos a casa -respondió mamá tratando de convencerlo. León amaba las galletas que hacía mamá, así que decidió obedecerla sin protestar. Caminaron juntos hacia casa mientras León pensaba en lo delicioso que sería comerse esas galletas recién horneadas.
Cuando llegaron a casa, mamá comenzó a preparar la masa para las galletas mientras León esperaba ansioso en la cocina. Pero justo cuando estaban por meter las galletas al horno, sonó el timbre de la puerta. -¡Oh no! ¿Quién podría ser ahora? -exclamó mamá sorprendida.
Era el vecino del segundo piso quien necesitaba ayuda para encontrar a su perro perdido.
Mamá sabía lo importante que era ayudar a los demás, así que dejó la masa lista sobre la mesa y salió a buscar al perrito junto con León. Después de una larga búsqueda, finalmente encontraron al perro y lo llevaron de vuelta a su dueño. El vecino estaba muy agradecido y les ofreció un regalo como muestra de gratitud.
Mamá le dijo que no era necesario, pero el vecino insistió en darle algo especial a León. Entonces sacó de su bolsillo un pequeño muñeco de Spider-Man. -¡Wow! ¡Es Spider-Man! -exclamó León emocionado.
León estaba tan contento con su nuevo juguete que decidió obedecer siempre a mamá para ser un verdadero héroe como Spider-Man. A partir de ese día, cada vez que mamá le pedía algo, él respondía rápidamente sin hacer preguntas ni protestar.
Con el tiempo, León se dio cuenta de que obedecer a mamá no solo lo hacía sentir bien consigo mismo, sino que también ayudaba a otras personas y eso era realmente importante.
Aprendió que los verdaderos superhéroes son aquellos que están dispuestos a hacer lo correcto y ayudar sin esperar nada a cambio. Así fue como León se convirtió en el "Héroe Obediente" y todos en su vecindario admiraban su valentía y buen comportamiento.
Mamá también se sentía muy orgullosa de él y todas las noches antes de dormir, León le daba un abrazo fuerte y le decía:-Gracias por enseñarme cómo ser un verdadero héroe, mamá. Te quiero mucho. Y mamá siempre le respondía:-Yo también te quiero mucho, mi pequeño héroe obediente.
Y juntos, León y mamá disfrutaban de un mundo lleno de aventuras y amor, recordando siempre que el verdadero poder está en obedecer con amor y ayudar a los demás.
FIN.